Boudica, la venganza de una reina

Por Manu Perez @revistadehisto

A comienzos del reinado de Nerón, varias tribus celtas se sublevaron contra la dominación romana en Britania. La figura clave de esta rebelión fue la reina Boudica. Bajo su mando y confiando en su superioridad numérica, los celtas arrasaron los asentamientos romanos más importantes, entre ellos la ciudad de Londinium, la actual Londres. 

La reina Boudica

Boudica pertenecía al pueblo iceno, una tribu celta que habitaba las tierras situadas en el actual condado de Norfolk, al este de Inglaterra.

Descendía de una familia aristocrática y ascendió al trono mediante su matrimonio con Prasutagus, rey de los icenos. El historiador romano Dión Casio la describe como una mujer de gran estatura, voz áspera, mirada fiera y aspecto aterrador. Su cabello era pelirrojo y le llegaba hasta la cintura. Vestía una túnica de múltiples colores y un manto grueso y en su cuello llevaba un torque de oro, símbolo característico de la nobleza celta. En el año 43 d.C, Prasutagus se convirtió en aliado de Roma y ofreció ayuda a las tropas del emperador Claudio en la conquista de Britania. Con el fin de garantizar la seguridad de su familia y de su pueblo redactó un testamento, en el que nombró herederos de su reino tanto a sus dos hijas como al César. 

Rebelión

Por causas que se desconocen Prasutagus murió en el año 60 d.C, y Roma acudió rápidamente a reclamar su herencia. Apoyándose en la ley romana que, a diferencia de las costumbres celtas, no reconocía el derecho de las mujeres a gobernar, los romanos devastaron el reino iceno, esclavizaron a parte de la población y se apropiaron de todos sus bienes. Ante esta situación Boudica se rebeló y Roma respondió de forma brutal, la reina fue desnudada y azotada frente a su pueblo y sus dos hijas violadas.

Furiosa por el trato que había recibido, Boudica pidió ayuda a un pueblo cercano, los trinovantes, a los que mas tarde se unieron otras tribus que se oponían a la dominación romana. Reconociendo su posición y su habilidad para el combate, Boudica fue nombrada líder de la rebelión. 

Conquistas

Tras ser incorporado al Imperio Romano, el sureste de Britania había experimentado un rápido proceso de romanización, que dio lugar a la aparición de importantes núcleos urbanos como Londinium, Camulodunum y Verulamium.

En primer lugar, Boudica condujo a sus tropas a Camulodunum, la capital de la provincia. A pesar de su importancia la ciudad carecía de defensas por lo que cayó rápidamente en un ataque por sorpresa.

Boadicea Haranguing The Britons. John Opie, R.A. (1761-1807). Oil On Canvas.

Un grupo de soldados romanos logró atrincherarse en el templo, donde resistieron a dos duros días de asedio. Entre estos guerreros se encontraba Cayo Suetonio Paulino, uno de los mejores generales de Roma, conquistador de Mauritania y gobernador de Britania desde el 59 d.C.

Tras enterarse de la derrota de la IX Legión, que había acudido en auxilio de la ciudad, Suetonio logró salir del templo, pasar entre las tropas enemigas y huir a la ciudad de Londinium.

Londinium contaba con un gran número de habitantes sin embargo era un asentamiento de carácter puramente comercial. Al darse cuenta de que en este lugar no disponía de suficientes tropas para frenar el avance de los celtas, Suetonio se vio obligado a tomar una dura decisión. Reunió a los pocos soldados que había en la ciudad y abandonó a la población a su suerte. Todos aquellos que se negaron a abandonar sus casas fueron masacrados por Boudica.

El final de Boudica

Tras reunir bajo su mando a la XIV Legión, algunos soldados de la vigésima y tropas auxiliares de los territorios cercanos, Suetonio decidió presentar batalla a Boudica. Como lugar de combate, eligió una amplia llanura cercana al Támesis y precedida por una angosta entrada que anulaba la ventaja numérica de los celtas.

Boudica llegó a este lugar montada en su carro de guerra y acompañada de sus dos hijas. Sus tropas eran muy numerosas pero estaban desorganizadas y divididas y nada pudieron hacer frente al orden y la disciplina romanas. Además los celtas cometieron un gran error, situaron los carros de transporte detrás de ellos, lo que les entorpecía la retirada.

Territorios de Boudica. «EnglandNorfolk». Publicado bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons –

Tras la correspondiente arenga a sus tropas, Boudica dio la señal de ataque. Los romanos permanecieron inmóviles, aprovechando la protección que les ofrecía el terrreno y abatieron a los celtas a distancia. Después comenzaron a avanzar en cuña, mientras la caballería arrollaba y dividía a las tropas celtas, entre las cuales comenzó a extenderse el miedo y el desánimo. Ante el imparable paso de los romanos los celtas trataron de huir, produciéndose una gran desbandada en la que numerosos guerreros murieron aplastados por sus propios compañeros o bajo las armas de los romanos.

La represión continuó incluso después de la batalla, pues Nerón envió nuevas tropas a Britania para acabar con cualquier resto de rebelión.

El final de Boudica no se conoce con seguridad. Según Dión Casio la reina cayó enferma tras el combate y murió poco después. Otras fuentes afirman que se quitó la vida para evitar ser capturada por los romanos. Sus guerreros más leales la acompañaron en su final y le dieron un gran entierro, manteniendo en lugar de su sepultura en secreto.

La figura de Boudica cayó en el olvido durante mucho tiempo, hasta que fue redescubierta en el Renacimiento gracias a las obras de los historiadores Dión Casio y Tácito. Sus hazañas le permitieron obtener una gran importancia en Inglaterra especialmente en época victoriana, donde fue vinculada a la reina Victoria.

Estatua de Boudica. «Boudiccastatue» de A. Brady – Picture taken by A. Brady.

En 1905 fue colocada, cerca del Palacio de Westminster, una escultura que representa a la reina Boudica montada en su carro de guerra y acompañada por sus dos hijas. Esta obra, que aún hoy en día puede contemplarse en su emplazamiento original, fue realizada por el escultor Thomas Thornycroft y financiada por el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha, y constituye un tributo a esta indómita reina, a su valentía, fuerza y deseo de libertad.

Autor: Carolina Álvarez Díaz para revistadehistoria.es

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Fuentes:

-AA.VV., Historia de Roma. Tomo II. El Imperio Romano, Madrid, Cátedra, 1989.

-CASIO, D., Historia Romana, Libro LXII.

-KOVALIOV, S.I., Historia de Roma, Madrid, Akal, 1989.

-TÁCITO, Anales, Madrid, Alianza Editorial, 2008. 

Documental

-Boudica. La reina guerrera, Canal Historia, 2006.

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