Paradójicamente, aunque prefiera mucho antes la obra de Bowie de la primera mitad de los 70 -lo que vino después no es lo mío- que la de Lemmy & Motörhead, no tengo mucho que decir acerca del deceso del Duque Blanco. No recuerdo ningún episodio vital, ni siquiera secundario, en el que su música o su figura fuese protagonista. En cualquier caso, estupor por lo inesperado de su fallecimiento y con el impacto que provoca cuando se va uno de los "importantes". Gracias por tu legado y buen viaje, Ziggy.