El trabajo de los actores es fabuloso, en especial lo que hacen Ellar Coltrane y Ethan Hawke. Padre e hijo protagonizan algunas de las mejores escenas de la peli. Una peli que avanza en un estado de gracia constante pero que carece, creo, de una escena monumental, de alguno de esos momentos álgidos y tremendos que sí tenía, por poner un ejemplo, La vida de Adéle.
Lo mejor: que tras el brutal experimento hay una gran película.
Lo peor: el atrevimiento de Linklater no se merece un Lo peor.