Boyhood es una experiencia única, de esas que emergen muy de vez en cuando en la gran pantalla para dejar una sensación agradable, amena y especial en el espectador. Es imprescindible destacar que Richard Linklater, su director, apostó al proyecto a largo plazo, rodando el film en el período comprendido entre 2002 y 2013; durante esos 12 años mantuvo el reparto, incluso arriesgándose a que factores externos pudiesen complicar o arruinar el esqueleto que iba construyendo lenta y minuciosamente. Esta idea, singular como pocas, le otorga a la cinta un magnífico valor de distinción y de originalidad.La historia se centra en Mason (Ellar Coltrane), iniciando desde sus seis años de edad y pasando por todo tipo de situaciones que le van ocurriendo y con las que se va topando en su camino, en su andar. Eventos con los que el observador se puede sentir totalmente identificado por tratarse de cuestiones que hacen a la vida misma y a la formación de todo ser humano. Richard Linklater lanza sobre la mesa un relato afable bañado de una naturalidad exclusiva; cada escena que presenciamos se percibe tan real que atrae y fascina, como si estuviésemos siguiendo, a través de la pantalla, el crecimiento de una persona en particular.
LO MEJOR:el proyecto, jugado por su extensión. La naturalidad única de sus escenas. Su carácter conmovedor. Hipnótica desde la sencillez de sus escenas. El crecimiento de sus personajes a lo largo del tiempo.LO PEOR:la duración del film en algún que otro momento de su desarrollo.
PUNTAJE:8,2