Branded (2012)

Publicado el 22 abril 2014 por Juan Pablo

SPOILER ALERT!


En Branded (2012),Misha un agente de mercadotecnia, se va a vivir al campo hastiado de las consecuencias de su trabajo, y tiene un sueño en el que una voz le ordena realizar un ritual pagano.  A partir de ahí, Misha comenzará a ver cosas que los demás no pueden ver: la encarnación, la materialización, de los deseos con que las marcas parasitan a los seres humanos.Si la comparamos con su antecedente, They live(1988), encontramos que la gran diferencia es el enemigo: en la película de 1988, el enemigo es el extraterrestre que utiliza la publicidad para dominar a los humanos.  En Branded el enemigo es indirecto: son las propias marcas las que dominan a los humanos, al deseo de los humanos, y detrás de ellas están las grandes corporaciones.La estrategia de Misha será reavivar una guerra de marcas cuyo efecto sea la prohibición de las marcas y la publicidad.  Lo verdaderamente ficticio e irreal de la película es esta idea de que prohibiendo las marcas y la publicidad se consigue un “mundo mejor” (en este sentido, la película es una parodia del libro de Naomi Kleim, acaso la verdad especulativa de la falta de teoría en la obra de la canadiense).  Porque lo que Misha intenta al destruir las marcas es resolver el asunto mágicamente en su superficie, digamos, en su nivel superestructural, por arriba, destruyendo los monstruos que parasitan a los humanos.  No por otra cosa, el engaño de mercadeo de la propia película es ocultar que la producción capitalista genera estos monstruos: la estrategia es culpar a Lenin (?), que ya no queda asociado a alguna tentativa de cambiar el mundo, sino que es convertido en el primer agente de mercadeo.  La lógica llega hasta el final: Misha se convierte en un ese Lenin para hacer un “mundo mejor” (y antes de triunfar, finalmente, casi corre el riesgo de convertirse en el Zar Nicolás).