Pero es que con esto del Branding y la Reputación ¡Voy a perder!
No, la realidad, es que ya se está perdiendo y, que por mucho que, aún el departamento de Marketing tenga que contar y perfeccionar, no se logrará aumentar beneficios, más que a costa de una Reputación que los habituales ya desestiman considerándola imposible bajo las premisas sobre las que se trabaja actualmente.
El abaratamiento de costes, el pisoteo sistemático de la competencia, los recursos de publicitarios, las ofertas y los compromisos que solo comprometen a los grupos interesados que consumen son recursos limitado que tocan techo y que no conseguirán aumentar el consumo y menos aún el crecimiento exponencial que se conseguía cuando nadie conocía el después de una respuesta afirmativa que aceptaba una promesa de bella relación que nunca fue satisfactoria y si muy "molesta". Dejando todas las propuestas y estrategias que, hasta ahora, había traído éxito en franca desventaja ante intentos, cada vez más frecuentes, de generar pero de formas completamente distintas la adecuada permanencia en los mercados.
Los grupos interesados más cercanos se niegan al enriquecimiento único de la Imagen Corporativa, estimándola como traidora a la comunidad que se aleja, sin cesar de las necesidades de los grupos de interés. Y, por si el panorama no fuera ya difícil, las economías y sociedades emergentes con recursos de crecimiento básico se expanden donde, la antigua Imagen Corporativa, ya no podrá llegar por factores externos de composición global de mercados y por factores internos que devengan en devoluciones negativas todas las acciones más acometidas que se ejecutaron y se siguen imponiendo.
¿Donde están los límites para la Imagen Corporativa?Allí donde son percibidas las acciones y el discurso como molesto, en grado mínimo y máximo.
¿Se pierde?Se perderá más, hasta perder toda la posibilidad de mantener a flote el proyecto empresarial hasta que el sistema colaborativo en el que vive ya la Era de la Información, no deje de entenderse como un recurso donde, se obtendrán pérdidas.
Un proyecto empresarial se vuelve Imagen Corporativa, cuando ha asumido que su Valor Funcional, no puede ser mejorable, es único, ha conseguido posicionarse como necesidad básica y no encontrará rival. Las acciones que acomete la Imagen Corporativa para conseguir esta "aparente" estabilidad" son varias y tan variadas como todo lo que puede cocinar Marketing pero, la realidad, en las que se mueven estas rigideces, es la de un movimiento de cambio constante que ya no parará.
- Proyectos que se quedaron en las necesidades básicas reales, ahora son movidos por la intensa demanda, no solo de cumplir con "estrictos" controles de calidad o gustos personales, el requerimiento de RSC va a mover hasta las mismas formas que generan la supuesta calidad y la comunidad, comienza a no aceptar la inoperancia de estrategias o premios que confunden enriquecimiento con "deshonestidad" y es allí, donde debe hacer incidencia el cambio substancial.
- Proyectos que generaron necesidad donde no la había, pueden percibir, con total claridad, como una propuesta simple, implantada como necesaria, termina habilitando mejoras y nuevas estructuras e ideas, mejorando, a simple vista, las propuestas que se quedan inmóviles.
- Ideas que, en su momento, pasaron por innovadoras y llenas de modernidad progresista, ahora pueden quedarse quietas y ver, como la competencia, ha podido seguir innovando cuando ellos, asumieron la grandeza de una propuesta, como única, haciéndola más grande y compleja.