Branding, no deja ser más que una invitación a asumir que tu mensaje o discurso tendrá una repercusión, se quiera o no, en la mente y las emociones de tu interlocutor y que producirá una respuesta que deposita confianza, si asume tu discurso pero que mantiene un estado de alerta, hasta que se vean cumplidas las palabras o no, en la relación que se establece a posteriori. Tanto sea buena o sea mala, la conclusión a la que llega el interlocutor siempre devendrá en un diálogo interactivo que se provocará contigo o sin ti.
Las estimaciones y mediciones que hace el discurso, en función de su aceptación, si no toman en cuenta que el interlocutor obtiene capacidad de memoria, de asociación de ideas y capacidad de dar una respuesta en función de la veracidad o no de las palabras emitidas, terminan manejando datos confusos que intentan mantener la habilidad de influir, sin tener en cuenta, que la verdadera influencia sobreviene al esfuerzo por cumplir las promesas que tu mensaje hizo, alejando la posibilidad de permanecer cuando la relación es de larga duración y asume que su objetivo es el seguir permaneciendo.
Cuando con las mediciones, se busca captar y obtener grandes cotas de conquista y seducción, la lógica estimaría su utilización en entornos aún no conocidos, en espacios donde el estímulo es completamente nuevo y no hay aún creado un cúmulo de experiencias compartidas, en este preciso momento, internet, como posibilidad, describe un mundo fantástico donde la expansión puede se produce a mucha más velocidad que en los sistemas publicitarios habituales.
El mundo 1.0 estima profundamente la capacidad de internet en su gran nivel de expansión pero es la entrada de lleno en el mundo 2.0 lo que aterroriza a modelos de empresa que, casi sin querer, perciben que la expansión de un mensaje puede traer de vuelta devoluciones nada positivas y nefastas para una imagen que se sostiene en la habilidad de hacer sugerente un discurso, que puesto a prueba en la relación demuestra su incongruencia de principio a fin y tiene razón, si la Imagen Corporativa asume que un cliente descontento era capaz de influir en, al menos 10 personas de su entorno y esas 10 en otras 100, las redes traen una vuelta de clientes negativa de incalculables proporciones solo con una de esas personas y lo que antes parecía tener proporciones de pequeñas crisis, internet avisa de que pueden convertirse en crisis completas que pueden deparar el fracaso más estrepitoso.
Si las devoluciones negativas pueden ser nefastas, sin embargo, las posibilidades que aparecen con una devolución positiva pueden ser de una magnitud inestimable. No estar, no escuchar, no participar, en estos momentos, es dejar que todo suceda a tus espaldas y sin que puedas hacer casi nada al respecto porque asumir el riesgo implica tener en cuenta que no solo es la devolución de la incongruencia en formato de chascarrillo lo que verás llegar sino que podrás observar como personas que multiplicaban por 100 un enfado, influyen en infinitas y pueden llegar a organizarse para ejecutar acciones que repercutirán en el olvido de tu nombre porque habrán suplido la necesidad que tú creaste, sin ti.
Branding, es el arte de construir discursos y mensajes y conseguir manifestar grandes palabras en estructuras que, hasta ahora, han vivido sin dar importancia a las devoluciones negativas porque estas no tenían forma aún de organizarse en espacios verdaderamente relevantes para ser tenidas en cuenta. Sin embargo, mientras el mundo 1.0 aún vive para cuatro manzanas internet genera comunidades de relación que satisfacen la única necesidad que los modelos de negocio, anclados aún, en estrategias diseñadas con parcelamiento y medición de grupos de interés ya no admiten la capacidad de influir y buscan más allá del Valor Funcional, la experiencia compartida que les abre la puerta para convertirse en miembros influyentes que no necesitan de la venta y si de la certeza de que el ser humano es un ser social por naturaleza.
El único secreto que da valor real a un departamento de Branding es la capacidad de mantener una coherencia total y de principio a fin, entre lo que la Imagen Corporativa dice que hace y lo que RRHH y todos los sistemas de producción, distribución, gestión y venta hacen en realidad.
Internet es solo un reflejo de lo que la sociedad demanda en estos momentos, si no satisfaces al cliente ¿Eres, realmente, un modelo de negocio? Si la opción es, la fidelización dura hasta que dura la oferta ¿Es ése el cliente que necesita tu empresa?.