Cuando el mundo se hace pequeño e interactivo la opción de seguir conquistando se enrarece, la experiencia y la información acumulada hace que la capacidad asociativa del interlocutor alcance cotas, en apariencia, incontrolables que terminan convirtiéndose en devoluciones que arrasan todos los puntos de encuentro de los modelos de negocios y cualquier modelo de proyección pública que salpique los mercados con la intención de permanecer en ellos.
Los conceptos de Marketing han logrado traspasar los entornos donde nace para lograr éxitos en grandes compañías que buscaban una expansión y quien más y quien menos, conoce sus principios básicos reconociendo sus usos como formulaciones imprescindibles nada más aparecer en un espacio donde aún no te conocen, ni pueden reconocerte. Sin embargo, cuando la previsión obliga a pensar en que el proyecto va a permanecer la coherencia entre lo que dices que haces y lo que realmente haces debe imponerse y Branding asume y consume el hueco de fidelización que no termina de ocupar Marketing.
Branding no es una moda pasajera, sobreviene de la simple intención del que busca quedarse cuando ya ha sido conquistado el entorno que tenía previsto, aunque puede ser un gran momento, mientras se expande comenzar a pensar en el diseño y puesta en pie de estructuras de escucha que permitan movilizar y flexibilizar a la rígida Imagen Corporativa para transformarla a Imagen de Marca que pueda sostenerse sobre los pilares que tienen como objetivo levantar un Valor Reputacional correcto.
Branding, aterriza en este país y termina posicionándose en coherencias visuales y estructuras de comunicación elementales, la búsqueda incesante de uniformidad o coherencia de líneas y estilos parecen convertirse en la forma más elemental de entendimiento de los conceptos y consigue abrir caminos a la implantación de líneas visuales tendentes a la unificación casi minimalista, con ciertos toques constructivistas que se muestran en aires Bauhaus desde las plataformas que comienzan a difundir la dificultad resuelta que nunca consiguió resolver Marketing con técnicas y soportes de la mano derecha de este departamento, definiendo con claridad líneas estéticas que pronto deberán ser llenadas de contenidos satisfactorios que logren la aparición estratégica de Valor Funcional que, realmente pueda ser atado a un Valor Emocional que logre ser implementado en todo lo que roce a los grupos interesados y que pueda ser claramente identificado con un Valor de Responsabilidad Social Corporativo que logre ser la base de la historia a transmitir.
Branding es un reto imprescindible que tienen que acometer todos y cada uno de los modelos de negocio y proyectos públicos que dibujan el panorama de este país, las grandes corporaciones reconoce y son conscientes de esta necesidad, las grandes, medianas, pequeñas e incluso comercios y autónomos pronto reconocerán la demanda de los mercados pero, por el camino, queda el mayor de los retos aún no percibidos: Los mercados ya conocen los efectos visuales, la estética y estilo de los contenidos, la increíble sugerencia de los olores y los sabores, conocen todo esto y lo que reclaman, no es precisamente la carcasa estética con la que se disfraza Don Juan, buscan el compromiso de tan famoso conquistador.
Branding es todo un reto imprescindible que ha de sostener una historia, una personalidad, una diferencia que ha de convertirse en un miembro influyente de la comunidad donde habita y para ello, debe aprender a crear experiencias óptimas para compartir, con todos y cada uno de los grupos interesados en el proyecto que le ocupa, así que el gran reto de Branding es ser Branding y pasar a no estar supeditado a las estrategias de Marketing desarrollándose en los soportes publicitarios de alto valor para este departamento pero de valor mínimo para Branding.