La Fundación Telefónica (Gran Vía 28 3ª planta) suele traer a Madrid exposiciones realmente interesantes y de gran calidad, pese a que no sean un foco de masificación como otras salas. Esta muestra pude verla un sábado por la mañana y quizá estaríamos allí como mucho unas diez personas, eso, sumado a que la sala es muy grande, hace que casi te sientas como en casa, pudiendo ver cada una de las fotografías con calma y sin tener que pelearte con nadie para poder ver las imágenes. Un auténtico lujo si tenemos en cuenta lo que sucede en la mayoría de centros expositivos, que durante el fin de semana se llenan hasta los topes.
En esta ocasión la Fundación nos acerca a la obra del fotógrafo Josep Brangulí i Soler, iniciador de una saga de fotógrafos que presentaron sus trabajos bajo la firma Brangulí. La muestra puede verse hasta el 28 de febrero (ha sido prorrogada) de martes a domingo de 11.00 a 21.00 horas, de manera gratuita.
Nacido en 1879 en L'Hospitalet de Llobregat y fallecido en 1945, desarrolló su trabajo principalmente como fotorreportero, pero también como documentalista, fotógrafo industrial, del comercio y la arquitectura. Sus dos hijos Joaquim (1913-1991) y Xavier (1918-1986) se encargaron de continuar con la labor que había comenzado su padre, siguiendo con la firma Brangulí a la muerte de este.
Las imágenes son un reflejo de las profundas transformaciones que sufrió Barcelona entre 1900 y 1945, ver estas imágenes y ver la Barcelona actual es como ver dos ciudades muy distintas. Retrató a la sociedad barcelonesa en su faceta de trabajadores en sus diferentes oficios y talleres, la industria y la arquitectura, la vida en la calle, los conflictos y acontecimientos históricos y a los personajes públicos de la época.
Además, Brangulí trabajó como fotógrafo industrial y documental, un ámbito en el que sus imágenes son prácticamente únicas en el panorama de la primera mitad del siglo XX. Vemos así cómo trabajaba la gente y cómo se fue construyendo y transformando la ciudad: la red de Metro, la inslatación de alumbrado público...
La muestra rescata además momentos inéditos o muy poco conocidos, como la llegada de Himmler al aeropuerto del Prat para entrevistarse con el abad de Montserrat en la búsqueda obsesiva de los nazis por el Santo Grial.
Esta es una de esas muestras que tanto me gusta ver ya que reune lo que más me atrae de una exposición: fotografía, fotoperiodismo, imágenes en blanco y negro y la posibilidad de ver cómo era la España de aquella época. Si leer o ver películas nos acerca al pasado, ver fotografías de otras épocas es lo que realmente nos retrotrae a esos tiempos. Me gusta ver esas imágenes, cómo han cambiado las ciudades, y especialmente esos rostros, me pregunto siempre qué pensarían esas personas, qué vidas llevarían, si serían felices... Si podéis no debéis dejar de visitar esta exposición, que en un principio cerraba sus puertas durante el mes de enero pero que ha sido prorrogada hasta febrero.