Hay ocasiones en las que nuestros mayores esfuerzos y la planificación milimetrada de un plan concreto al que le tenemos unas ganas locas se van al traste y las cosas no salen como deseamos. Sin embargo, hay veces en que la espontaneidad y la improvisación nos regalan momentos de profundo disfrute. Así, sin quererlo, ni planearlo, ni nada parecido. Y entonces esos planes frustrados quedan compensados con creces :)
Esto es lo que me ocurrió la semana pasada cuando, de un día para otro, me vi en la obligación de cancelar un plan de lo más apetecible que llevaba semanas esperando. Mi querida amiga Yolanda, quien se está convirtiendo en una asidua en las entradas de este blog, me había propuesto una mañana de martes de visita a Planeta Colometa seguida de una comida de relax y risas. Lo que prometía ser un estupendo plan no pudo ser porque mis obligaciones familiares para con mis hijos cambiaron de un día para otro y no me lo permitieron :(
Sin embargo el destino, que es un tipo listo, nos tenía guardada un as en la manga. Bueno, más bien dos ases ya que nuestro plan frustrado del martes se convirtió en dos encuentros a los largo de los dos días siguientes y terminamos desayunando juntas la mañana del miércoles y cocinando con Cerezas del Jerte la tarde del jueves.
La verdad es que el plan del desayuno lo buscamos ambas, como manera de compensar el trastoque del plan inicial, pero el de cocinar juntas surgió de una manera espontánea. Hacía unas 2 o 3 semanas que yo había asistido a un acto organizado en las Escuela Oficial de Hostelería de Madrid por el Consejo Regulador de Denominación de Origen Cerezas del Jerte en el nos presentaron diferentes formas de utilizar este producto en la cocina, tanto en dulce como en salado, y nos dieron a degustar todas las elaboraciones (a cual más rica).
A este acto no asistió Yolanda a quien puse los dientes largos contándole lo original que eran las preparaciones que había probado pero con quien me comprometí a cocinar las Cerezas del Jerte que el CRDOP acordó enviarme...que me llegaron el miércoles por la tarde...y a las que Yolanda y yo metimos mano sin piedad el jueves.
Final feliz :)
Necesitamos (para 6-8 personas)
- 3 huevos "L"
- 75 grs de azúcar blanquilla
- 90 grs de harina de trigo, tamizada
- 200 grs de Cerezas del Jerte
- 350 ml de nata para montar, bien fría (mínimo 35% M.G.)
- 2 cucharaditas de estabilizador para nata
- 40 grs de azúcar glas
- 20 grs de cacao en polvo sin azúcar Valor
Además
- Papel vegetal para horno
- Manga pastelera con boquilla de estrella
Preparación
Pre-calentamos el horno a 180 ºC (arriba y abajo, horno tradicional).
Con ayuda de unas varillas eléctricas, batimos los huevos y el azúcar hasta que hayan blanqueado y triplicado su volumen (unos 10 minutos).
Añadimos la harina y mezclamos con una espátula, suavemente y con movimientos envolventes. Vertemos la mezcla sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal y la extendemos por toda la superficie. Horneamos durante 7 minutos.
Retiramos la plancha de bizcocho ya lista y la colocamos, con la parte del papel vegetal hacia abajo, sobre un trapo de cocina limpio y húmedo. Enrollamos el bizcocho y el trapo, todo junto.
Mientras el bizcocho se enfría podemos ir preparando el relleno.
Lavamos las cerezas y reservamos 4 que son las que utilizaremos para la decoración del brazo.
Retiramos los rabitos de las demás y las deshuesamos. Hacemos un alrededor de la picota con un cuchillo afilado, damos un giro de 180º a una de las mitades y quitamos el hueso de la otra mitad con la punta de la uña.
Picamos groseramente las cerezas, sobre una tabla de madera con un cuchillo afilado.
Montamos la nata, que habrá de estar bien fría, con ayuda de unas varillas eléctricas. A los 30 segundos añadimos el estabilizador para natas y el azúcar (del que reservamos una cucharadita para la decoración). En cuanto comience a espesar añadimos el cacao en polvo, removemos con una espátula para integrarlo ligeramente en la mezcla y que no se forme una polvareda en la cocina cuando batamos de nuevo.
Batimos hasta alcanzar la consistencia deseada.
Cuando tengamos la trufa lista, metemos un par de cucharadas en una manga pastelera con una boquilla de estrella (yo utilicé la 1M de Wilton). Esta la utilizaremos para decorar.
Mezclamos el resto de la trufa con las cerezas picadas, este será el relleno del brazo.
Una vez fría la plancha de bizcocho, la desenrollamos con suavidad para que no se rompa. Extendemos el relleno por toda la superficie excepto por el final (dejaremos un par de centímetros sin cubrir) y enrollamos de nuevo. Cortamos los extremos del brazo para igualar y que queden rectos.
Cortamos 4 tiras de papel vegetal de unos 2 centímetros de ancho y las colocamos transversalmente sobre el brazo. Espolvoreamos con azúcar glas tamizado a través de un colador. Retiramos las tiras de papel vegetal con mucho cuidado para que las líneas que acabamos de dibujar no se estropeen.
Con ayuda de la manga pastelera, hacemos unos rosetones en las 3 de bizcocho franjas en las que no hay azúcar glas y los coronamos con las 4 cerezas que teníamos reservadas.
Guardamos en la nevera hasta el momento de servir...sino lo vamos a hacer inmediatamente :)