Breaking bad: rompiendo bien, muy bien.

Por Mourisimo

Después de The Wire, me animo a recomendar otra serie, cada vez más conocida, sacada del anonimato a golpe de emmy. Me la había recomendado un amigo en un comentario en el blog , engancha y sorprende a partes iguales.

La acción se desarrolla en EEUU, en Albuquerque, cerca de la frontera con Méjico.

Si veis la serie en versión original, podréis observar como el español “contamina” parte de la lengua de los gringos en esa parte del país.

Todo se debería ver en su idioma original. No se cómo habrán doblado estas inmersiones en el castellano o traducido el característico saludo de Jesse: “Hey yo”, igual han puesto “que pasa tronco” o algo por el estilo.

Vale que hay que dar de comer a los dobladores españoles y que los subtítulos son un engorro hasta que no te acostumbras a ellos, pero la entonación de los actores (no la de los dobladores), también forma parte de la actuación. Todo ello, sin mencionar la de infinidad de matices que se pierden.

La traducción es directamente un cambio. De hecho, grandes películas se han visto afectadas por malos doblajes, quizás uno de los ejemplos más famosos sea el de “El Resplandor”, dónde Jack Nicholson, parece no cambiar de tono en toda la película, lo mismo daba que estuviese repartiendo hachazos que haciendo una entrevista de trabajo y hasta aquí, que me voy del tema.

El fuerte de esta serie es el duelo interpretativo entre dos personajes antagónicos en su concepción, pero ambos son perdedores que encuentran un objetivo común y dependen uno del otro para lograrlo.

El uno, Waltt White es un profesor de instituto sobrecualificado y subremunerado, con una mujer embarazada y un hijo deficiente, al que como guinda, le descubren un cáncer de pulmón.  Como en USA,  o tienes un buen seguro, o date por muerto , buscará vías de financiación no ortodoxas digamos.

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El otro, Jesse Pinkman, es un yonki  y un camello de poca monta, que para más inri era exalumno de Waltt.

Jesse

La serie no precisa de inesperados giros de guión al final de cada capítulo para enganchar al espectador, la historia por si misma se basta para atraparnos.

Narra un descenso a los infiernos, a las mentiras, a más mentiras , a un mundo que no es el suyo y del que desconoce las reglas, a un haz el mal para conseguir un bien superior, de un actor, que hace un papel memorable y que ha dejado de ser el padre de Malcom en “Malcom in the middle”, para convertirse en Walt.

En definitiva un exponente más que podemos unir a series cómo Mad Men, Dexter, The Wire y demás que están convenciéndome cada día más que el cine se ha trasladado al salón de mi casa en chupitos de 50 minutos.

Ahora que Hollywood siga haciendo Iron Man 3, Piratas del Caribe no se cuantos y la adaptación al cine de 13 Rue del Percebe si quieren.