Breaking Bad [Serie]

Publicado el 02 octubre 2013 por Ahoracriticoyo @AhoraCriticoYo
Saludos terrícolas. Soy Réquiem por el Cine, y una vez más vuelvo a vosotros en los albores de la tempestad por una noble causa: el adiós definitivo tras cinco años a una de las mejores series dramáticas. Nuestro cocinero preferido se quita el sombrero y en este post rindo homenaje a sus cinco años de joyas visuales y nervios a flor de piel. Adiós a Mr. White, para nosotros siempre serás Heissenberg.



 ¿De qué va?
Un estancado profesor de química recibe una noticia que le cambia la vida: sufre un cáncer terminal con el que duramente llegará al año. Sin rendirse, decide que lo único que puede hacer es asegurar el futuro de su mujer embarazada y su hijo con retraso, y para ello emprende un pequeño laboratorio de metanfetamina. Ayudado por un antiguo alumno que maneja de las sustancias, pronto irán descubriendo la forma óptima de sacar adelante un negocio clandestino. Pero sus ambiciones van creciendo y se irán enfrentando a una constante persecución de la DEA de la mano de su cuñado mientras el barrio se les queda pequeño. Con su ingenio y la química de su lado, ambos van creciendo hasta hacerse una leyenda que atrae la atención del cartel mexicano. El profesor se convierte en Rey y su producto pasa de ser un legado a un Imperio.  La crítica


Una serie tan polifacética que es difícil esquematizar sus puntos fuertes. Podríamos hablar de sus protagonistas, un elenco magistral que ofrece un desarrollo psicológico adictivo y sorprendente a partes iguales. Un padre cansado que empieza a sentir la fatiga física de la medicación y sin embargo ahí está, con su delantal y sus calzoncillos desgastados, en una caravana en mitad del desierto cocinando metanfetamina. Si ese choque visual como presentación no siembra un precedente quizás lo haga su presentación ante “los chungos del barrio”, con el sombrero encajado y llamándose a sí mismo Heissenberg.  Pero si hay todavía no nos lo creíamos, aparece la franquicia “Los Pollos Hermanos” para terminar de explotar a Walter White en una sumisión laboral que saca su verdadera naturaleza. Su crecimiento llega al máximo exponente de egoísmo, avaricia y orgullo: no tiene límites morales ni físicos que no cruzaría por mantener y aumentar su preciado montón de dinero. Todo ello para llegar al esperado desenlace: en la hora de la verdad tendrá que reconocer que no era por la familia, sino que el subidón de adrenalina que lo alimentaba le hacía sentir vivo. Toca cerrar asuntos pendientes de la mejor y única forma posible, sin límites, arriesgándolo todo a una carta, la de un hombre desesperado que mantiene la suficiente sangre fría para hacerlo bien después de todo.  Pero Mr. White no estaba solo todo este tiempo. Su fiel escudero yonkie, Pinkman, le ha acompañado adaptándose a las enseñanzas de su maestro y a medio camino entre el mayor colocón del siglo y una moralidad que sorprendentemente establecía la línea de lo correcto. Una actuación sublime que al igual que la serie sufre una intensificación en su recta final hasta alcanzar justicia poética.  Si hablamos de la familia las sensaciones son más dispersas: Skyler ha conseguido que la odiemos y la amemos casi a partes iguales dependiendo de las tonterías que le apetecía hacer en ese momento, pero ha logrado mantener el tipo e irse con la cabeza alta. Hank, la única pizca de justicia de la serie, se ha pasado todo el tiempo buscando fantasmas. Como no podía ser de otra forma se ha ido con su placa brillando en un pecho orgulloso sabiendo que hacia lo correcto, pese a lo que ello significase (momento cojonazos).  El resto del elenco a la altura de una serie tan impredecible como buena: Saul, la chispa de humor satírico y retorcido que les ayuda a sacar las castañas del fuego; Gus, quien iba a decir todo lo que podía ocultar detrás de esas simples gafas, el némesis de Heissenerg; Mike, el sicario abuelillo que usaba la mente fría y las pistolas como mi abuela el ganchillo, y una de las despedidas más jodidas de la serie.  Ya ha quedado claro que las actuaciones y el progreso en la historia de cada personaje forman uno de los pilares básicos de esta maravilla de serie, pero no es la única. Una trama que se presenta como simple y va ganando en complejidad al mismo tiempo que añade giros nuevos que sorprenden, han sido los detonantes de su adicción  Por si eso fuera poco, la narrativa visual (empezar la temporada con un guiño al futuro, por ejemplo), los momentos épicos que han quedado grabados en nuestras mentes (bañera, caravana, ricina, tortuga, timbre, peluche, bidón, cárcel...) han aportado el toque detallista del que su creador ha hecho gala en numerables ocasiones. Todo ello con planos imposibles, un abuso de cenitales que hacia las delicias del ojo experto, contraplanos y usos de luz que son una joya artística, y el componente sonoro, han sido los ingredientes finales que han hecho de Breaking Bad de lo mejor que podemos encontrar en la historia de la televisión.  En resumen, una serie que no destaca por nada en especial porque cada minúsculo detalle la compone es una obra maestra, cuidada y mimada hasta el extremo para transportarte a una historia vertiginosa que te atrapa desde el primer momento. Todo ello para conducirte a un cierre sublime que da la talla después de cinco inmejorables temporadas. Información de más
  • El papel de Jesse Pinkman solo iba a durar una temporada, pero al ver la química que había en la pantalla y el cariño del público hacia el personaje se decidió hacerle compañero de WW.
  • El final original de la serie era el de la cuarta temporada, pero debido al aluvión de peticiones se consiguió la idea perfecta para mantenerla una más. El resultado: brillante.
  • El personaje de Saul cuenta con un spin-off que podría ver la luz el año que viene.
  • En los Emmys del 2013 la serie se ha despedido con el Premio a Mejor Serie Dramática, y Skyler a Mejor Actriz de Reparto en Drama.
  • El título del capítulo final oculta el siguiente significado:

Nota final: 10