Todo lo que sabía es que le mentí, la traicioné. Hice cosas imperdonables. Cosas inolvidables. Si, rompí promesas tan seguramente como rompí su corazón. Pero al igual que toda guerra tiene pérdidas y cada mentira tiene consecuencias, cada bastardo tiene sus razones.
R.K. Lilley vive en Texas con su esposo y sus dos hijos bellos. Ha tenido muchos trabajos interesantes, desde ser una aeromoza de primera clase hasta una moza de cuadra, pero jura que nunca supo lo que el trabajo arduo era hasta que tuvo a sus hijos. Ha sido adicta a leer y escribir ficción desde que tiene memoria. Ama viajar, leer, escalar, pintar, jugar, mirar anime y sacarle el mayor provecho a cada día.
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