Londres no tiene un clima que mi cuerpo no haya experimentado antes. Argentina en invierno puede llegar a tener temperaturas mas bajas. El tema en estas latitudes es la continuidad del mal tiempo, extendida a meses interminables solo para llegar a un incipiente verano de mierda que, generalmente es cuando te vas de vacaciones y no sos el testigo de semejante milagro.
De todas maneras estas en Europa y cuando te vas de esta isla por vacaciones, lo haces con un montón de ingleses que salen en la misma fecha. Eso te da la pauta de evitar ciertas zonas turísticas para no encontrártelos en patota. No es nada personal contra los ingleses, para nada, solo es una cuestión de salud mental y auto-preservación Si acá los ves en pedo todas las noches, con lo ruidosos que son, imaginatelos ahora en un contexto de sol, playa, joda, luz (solar) y putas,....o l v i d a t e.
Pero volviendo al clima, desde hace un año que de a poco y a fuerza de voluntad, le voy encontrando el lado bueno. El clima te obliga a salir, y al principio, cuando la falta de luz me traicionaba y pensaba que ya tenia que pegar la vuelta de la casa de amigos o de algún lugar publico, solo para darme cuenta que recién eran las 17hs y la tarde no había terminado.
La luz es un parámetro en desuso en invierno, no me marca indicios de actividades a las cuales estaba acostumbrado; para mi es todo un desafío. Siempre o la gran parte de mi vida hasta ahora fui y soy un tipo muy extrovertido, hablo y mucho, pero la falta de luz me sumergía siempre en un "efecto pollito": le sacas la luz, y se duerme. Yo con luz como, hablo, me río y me vinculo. La falta de, solo me daba la pauta que ya debía guardarme.
El vampiro depende de la sangre, yo de la vitamina D. Pero por ahora no me encontré bajo ningún trastorno afectivo estacional como para preocuparme.
Estoy sorprendido con la naturalidad que salgo a encontrarme a comer con algún amigo y ni la nieve, agua nieve, agua sola, o cualquiera de estos elementos en combinación catastrófica hacen meollo en lo bien que pueda pasarla. El valor con el que encaro la puerta sabiendo que del otro lado solo voy a encontrarme con viento y lluvia es digna de autobombo -al momento de escribir esta nota, también nieve-
Hay beneficios colaterales de todo esto. A parte de quemarte calorías -si, cuando te cagas de frío quemas calorías , el tiempo se valora de otra manera; tiene más importancia, porque salir de tu casa solo debe implicar, a parte de ir a laburar, pasarla bien. Y pasarme horas escuchando huevadas de alguien o simplemente compartir tiempo con quien no tenga mucho que ver conmigo no es una opción (no quiero quedar como que yo no hablo huevadas, por supuesto esta experiencia es inversamente proporcional a cuan dispuesto este el otro de escuchar las mías).
Es una combinación de muchas cosas, no solo el tiempo, ya no soy ese adolescente que no medía las cosas ni a las personas. Mi ansiedad sigue intacta, y ahí si puedo culpar al clima. Para muchas cosas el tiempo pareciera acelerarse, para otras, el veneno de la ansiedad te consume sin nunca matarte. Tuve mi entrevista laboral y hasta firme mi carta de oferta, me dieron la bienvenida a la Companía desde los Estados Unidos, pero no puedo comenzar hasta que mi Visa de Residencia Permanente no llegue a mis manos. Me informaron que esta aprobada, pero que podía tardar hasta seis meses, ya vamos 4.
Tuve mucha suerte; me contrataron prácticamente sin papeles, pero entendieron que era solo una cuestión administrativa en marcha, bien pudieron haberlo ignorado. Londres es muy cosmopolita, y mi situación se repite en muchos lugares. Algunos eligen dejarte seguir de largo, otros se arriesgan a esperarte.
Los días son cortos en cuestión de luz, pero se alargan para muchas otras cosas, y en ese tiempo es donde tu supervivencia depende de lo que hagas con él.
Estoy lejos de mis amigos y de algunos miembros de mi familia, el clima no ayuda, pero la vida sigue siendo maravillosa incluso, sin sol.
Escrito por Sergio Feldmann