Breve historia de las batallas navales de la edad media

Por Pedro
San Juan, Víctor. “Breve historia de las batallas navales de la Edad Media”. Edit. Nowtilus. Madrid, 2017  Este ensayo sobre las batallas navales en la Edad Media puede considerarse la continuación del que el mismo autor dedicó a las batallas navales de la Antigüedad que he comentado en una entrada anterior de este Blog. Sus amplios conocimientos en temas náuticos explican la detallada, y a la vez clara, descripción de las naves, la formación y tácticas empleadas, las estratagemas, los errores y aciertos de los almirantes, el papel del viento… En el desarrollo expositivo de estas batallas navales, el autor ofrece  una amplia información del contexto histórico que ayuda a explicar las causas y consecuencias de estos enfrentamientos. El lector va a encontrar muchas páginas (en los distintos capítulos) dedicadas a explicar el marco histórico: la historia de Roma bajo los últimos emperadores y el fin del Imperio Romano de Occidente,  las incursiones y acciones de los pueblos vikingos, las invasiones y asentamiento de los “pueblos bárbaros” en un Imperio muy debilitado, la historia del Imperio Bizantino, los primeros tiempos del Islam y su posterior expansión por el norte de África, la invasión de Inglaterra por Guillermo el Conquistador, las causas y principales acontecimientos de las Cruzadas, las historia de los reyes de Francia e Inglaterra con sus relaciones y enfrentamientos, las sucesivas invasiones musulmanas de la Península Ibérica, los avances hacia el sur de los reinos cristianos peninsulares especialmente desde la victoria de las Navas de Tolosa, la conquista de las Islas Baleares, la intervención extranjera en la guerra civil entre Pedro I y Enrique de Trastámara, las disputas por la isla de Sicilia, la rivalidad entre Venecia y Génova que derivo en varias guerras, las expediciones de los miembros de la familia Polo, etc. Situadas en este contexto, el autor va a explicar las diversas batallas y escaramuzas navales que se dieron en la Edad Media, muchas de las cuales tienen poca presencia en los libros de Historia. Hace un inventario de 27 batallas navales que van desde la batalla del cabo Bonn (año 468) hasta las batallas del Cuerno de Oro y Kasimpasa (año 1453). Control de rutas comerciales, deseos de botón, razones religiosas, ocupación de territorios, etc. son las principales causas que explican estos enfrentamientos. En las siguientes líneas apuntamos las más importantes. Durante la “pax romana” no hubo enfrentamientos navales. Tenemos pocas noticias de una batalla naval en la que las trirremes romanas de Flavio Ricimero derrotaron a los vándalos de Genserico. Éstos se rehicieron y pocos años más tarde fueron capaces de vencer a los bizantinos en la batalla del cabo Bon (468). Casi un siglo más tarde fueron los bizantinos los que derrotaron a los ostrogodos en la batalla de Sena Gálica. En el año 1000 tuvo lugar una curiosa batalla, la de la isla Svold,  fruto de las disputas entre los distintos pueblos vikingos. En esta batalla los vikingos noruegos fueron derrotados por la impresionante flota de vikingos daneses y suecos. En 1123, en la batalla de Ascalón, la flota veneciana, empleando una treta, derrotó a la escuadra egipcia. La rivalidad comercial entre Génova y Venecia se prolongó más de un siglo y se concretó en cuatro guerras con resultado desigual. Victorias genovesas en las batallas de Cuzorla (1298) en la capturaron a Marco Polo, Sapienza (1354) y Pola (1379) que se vieron contrarrestadas con la gran victoria veneciana en la batalla de Chioggia (1380). En el ínterin, Pisa, que pugnaba por la influencia en Córcega y Cerdeña, se alió con Venecia. Génova atacó la flota de Pisa en la batalla de Meloria (1284) que acabó con una victoria total genovesa.

Estatua de Roger de Lauria en el Paseo  LLuís Companys de Barcelona.  Ilustración que aparece en la obra.

Dedica un apartado especial a las victorias de Roger de Lauria, gran marino que proporcionó jornadas de gloria a la Corona de Aragón. Venció a la flota francesa en las batallas de Malta (1284) Nápoles (1284), Las Hormigas (1284) y Castellamare (1287); y a la flota siciliana en las batallas de Orlando y Ponza (1299) En el contexto del enfrentamiento entre Felipe II Augusto de Francia y el inglés Juan sin Tierra, continuado por sus respectivos sucesores, tuvo lugar la batalla de la Esclusa (1340) que finalizó con el triunfo del rey inglés Eduardo III que supo aprovechar mejor el viento y la marea que su enemigo Felipe VI de Valois. En 1350, en el Canal de la Mancha, tuvo lugar el enfrentamiento entre una flota castellana y la inglesa de Eduardo III y su hijo el Príncipe Negro. Esta batalla decidió al rey inglés a intervenir en los asuntos de la Corona de Castilla, en concreto en la guerra entre los hijos de Alfonso XI: Pedro I y Enrique de Trastámara, ayudados por tropas inglesas y francesas respectivamente. Francia pidió ayuda a Enrique de Trastámara para conquistar la plaza de La Rochelle, Enrique envió al mejor marino del momento, Ambrosio Bocanegra, que obtuvo un gran triunfo sobre los ingleses (Batalla de la Rochelle, 1372). Cierra este inventario de batallas la de Kasimpasa (1453) en la que los turcos derrotaron al Imperio Bizantino en las operaciones que concluyeron en la toma de  Constantinopla. A lo largo de la  obra se va explicando cómo evolucionaron los barcos de guerra durante la Edad Media a partir de las trirremes y quitarremes romanas. Algunos ejemplos:
  • En la batalla de Sena Gálica (551) mostraron su poder los dromons bizantinos, barcos robustos, de alto bordo, difíciles de abordar. Fueron el estandarte de la flota de guerra bizantina hasta la caída de Constantinopla.
  • Sabemos bastante de los drakkars con que los vikingos realizaron sus incursiones por las costas  y ríos asolando ciudades de las Islas Británicas y varios países de Europa desde el s. VIII. El drakar era un barco muy bien construido, de poco calado (para remontar ríos), muy ágil, movido a vela y/o remo,  sin espolones ni arietes. No fue concebido para atacar a barcos enemigos. Los vikingos no solo eran navegantes costeros, también fueron grandes navegantes oceánicos: descubrieron Irlanda (860), Eric el Rojo llegó a Groenlandia (982),  incluso pudieron llegar a la Península del Labrador.
  • El tapiz de Bayeux ilustra cómo eran los barcos en los que Guillermo el Conquistador transportó las tropas que iban a derrotar a las huestes de Haroldo en la batalla de Hasting.
  • Describe muy bien cómo eran las naves con la que Ramón Bonifaz realizó la peligrosa ascensión por el Guadalquivir para colaborar en la toma de Sevilla (1248).
  • Los venecianos, en su moderno arsenal, desarrollaron dos tipos de naves: galeras de guerra (a partir de los dromon bizantinos) y las carracas a partir de las cocas. La carraca era una nave mercante, velada, lenta, pero de gran capacidad.  El Libro de las Maravillas de Marco Polo describe con detalle cómo eran los barcos venecianos.

Un libro entretenido y bien documentado que resulta esencial para conocer ls principales combates navales de la Edad Media. Completa la obra una amplia bibliografía. La obra en la Web de la Editorial: http://www.nowtilus.com/pags.php?d=1a82ec9ecb66e03fc5e7cc52ea4958e1O1O1788 (Hoja promocional de la obra, datos biográficos del autor, lectura de un fragmento)