Breve historia del comercio…a mi manera

Publicado el 14 mayo 2014 por Bloggermam

La historia del comercio (y la del bebercio también) van de la mano de la historia de la civilización. De hecho se comenzó a comerciar cuando en la prehistoria a alguien le sobraron unos huevos y los cambió por otra cosa (cualquier cosa útil, salvo cerebro). Y eso tuvo un gran efecto en la historia de la humanidad. Vieron que molaba mucho hacer trueque y al poco tiempo todo el mundo tenía… demasiados huevos… y en lugar de hacer trueque se dedicaron a saquear al que no había podido vender lo que había acumulado trabajando. Y eso es algo que no se ha podido corregir a lo largo de los tiempos: si tienes más huevos que cerebro, puedes tener de todo.

Después ya llegó el comercio con lugares más lejanos. Y los pioneros en el tema fueron los fenicios, que lo tenían más grande y mejor puesto (el velamen), y pudieron dedicarse a llevar chucherías de oriente hasta la península ibérica y cambiarlas por oro, plata y espetos de sardinas.

Pero los que empezaron a organizarlo en condiciones fueron los griegos que se dieron cuenta de que para hacer negocios era mucho mejor tener un sitio en el que reunirse y crearon Ágoras, que era dónde se podía comprar de todo: oro, plata, huevos, espetos de sardinas, jueces, políticos…(ups, no, eso es más adelante, cuando se inventa la democracia televisiva).

Curiosamente, aunque fenicios y griegos eran mejores comerciantes, tuvieron más éxito en su expansión los romanos, que no tenían ni idea de comerciar…pero, ¿quién necesita comerciales cuando se tienen legiones llenas de … huevos?.

Antes los comerciales eran de otra forma, en tiempos de los romanos iba un tío en falda y te cortaba el cuello si no comprabas lo que él decía. Sin embargo, cuando llegaron los ingleses a colonizar todo el mundo le dieron un giro más cruel al enfoque romano, porque te obligaban a comprar lo que te habían robado pero encima te mataban de aburrimiento, o de un susto, si te enseñaban la foto de su reina. Por suerte hoy en día los comerciales son esos amables hombres y mujeres con incontinencia verbal que siempre se acuerdan de tu número de teléfono, de tus gustos, de a qué lugares vas, a cuales no, a qué hora te pueden encontrar…son un híbrido entre tu novia y tu madre, pero que ni saben cocinar, ni … ni, … ni hacer un par de huevos.

Los romanos sin duda son los grandes precursores de occidente. De hecho ya inventaron ellos el modo de dejar fuera de las rutas comerciales a los piratas: robando más deprisa que ellos. Por cierto, ¿alguien ha visto que haya piratas en Europa o Estados Unidos hoy en día?

Eso obligó a que los vikingos se convirtieran en unos grandes navegantes…y como tenían más que los fenicios: barcos y … también huevos, pues consiguieron tener su propia ruta comercial que conectaba el norte de Europa con el Mediterráneo. De hecho por eso es tan común encontrarse nórdicos en las playas españolas. El problema de los vikingos era que no tenían una buena empresa de transporte, de modo que todo aquello que conseguían honradamente en sus saqueos lo tenían que consumir más deprisa que un yogur de oferta para que no se estropeara. De hecho si hubieran contratado una empresa de transporte internacional como se puede ver en la web de Cargax, seguro que se habían llevado un montón de contenedores al norte de Europa llenos de conchas de la playa, camisetas conmemorativas de una buena borrachera, cachos de emperador romano y sangría. Lo cierto es que los vikingos no podían llevarse mucha cosa porque desde la caída del Imperio Romano, los sarracenos se quedaron con todas las rutas importantes: la de la seda, la del bacalao y la del metro de Málaga (y ésta última todavía no la hemos recuperado).

Bueno, cada uno comercia con cosas diferentes, cosas que le gustan. Por ejemplo las grandes rutas comerciales aparecieron porque la gente es caprichosa. Así que cuando a los europeos se les antojó usar seda de la lejana China, llegó el esplendor de los camellos. A lomos de esos animalitos se traía seda del lejano oriente, y también opio…por eso los camellos de hoy en día se meten un pico y se quedan suaves como la seda.

Más adelante cuando ir vestido de seda era algo que sólo estaba al alcance de reyes y reinonas, les dio por consumir especias. Pero no les valía echar al guiso tomillo, perejil o cualquier hierbajo que hubiera cerquita, no, a los señoritos se les antojó traer especias exóticas del otro extremo del mundo conocido. Vamos como si ahora nos da por echarle a la ensalada sal de Plutón porque con ella el plato sabe más a universo. De modo que aprovecharon los camellos de antes, y les montaron en dromedarios para que fueran hasta China a traer hierbajos y polvos raros…y fueron obedientes se quedaron hechos polvo de fumar hierbajos y les costó regresar porque los musulmanes cortaron la autopista de peaje Samarkanda-Bagdad. Y como ya no quedaba dinero para más cruzadas santas para traerse la mercancía, Portugal decidió llevar sus tristes canciones alrededor de África (hecho del que no se han recuperado todavía y que explica que no exista un certamen de la canción África-visión) y los Reyes Católicos decidieron que era mucho mejor usar algo que en España abunda: los huevos. Así que decidieron ir a Oriente atravesando el mar que no había atravesado nadie, por todo el medio, en unos barcos canijos, casi sin tecnología y tripulados por los mejores exconvictos disponibles: con un par. Y en lugar de conseguir traer especias descubrieron América y trajeron todo lo que faltaba para pasar una buena tarde a la sombra: tomates y pimientos para el gazpacho, unas patatitas fritas, tabaco y palomitas de maíz para ver una película después.

El problema de las rutas comerciales es que con el tiempo se llenan de gente que se aprovecha, comienzan los peajes, los robos, los impuestos (qué de expresiones sinónimas). De hecho para evitar esos problemas con las mercancías que venían de oriente, se inventaron las Cruzadas, que se supone que eran para matar gente que tenían un dios diferente del dios que había enviado a gente a morir en nombre de dios….dios que lío: ¡que fueron a matar gente y traer lo que pillaran!. Es decir, era un pretexto para ir a Oriente e imponer el estilo comercial de los romanos. Más o menos como hoy en día, que se busca una excusa buena para invadir un país, quitarle lo que tenía, destruirlo, reconstruirlo, cobrarle la reconstrucción y obligarle a que te compre lo que le quitaste y más cosas que no necesita. El progreso es así, o avanzas con él, o mueres por él.

Los medios de transporte también han cambiado con el devenir de los tiempos. Al principio las cosas del día a día: gallinas, mehires, pirámides egipcias, se transportaban con los medios más rudimentarios que había: huevos. Se obligaba a la gente a empujar lo que fuera por huevos y estos pobres terminaban deshuevados de trabajar como mulas.

De ahí un avispado se dio cuenta de que si sustituía las personas por mulas se conseguían mucho mejor resultados, tanto fue así, que tras probar un tiempo a usar las mulas como dirigente políticos probaron también a emplearlas como animales de carga, y también fue un éxito.

A partir de ese momento se pilló carrerilla y se empezaron a usarse animales para todo tipo de transporte. Cigüeñas para traer niños, camellos para traer droga, cuervos para traer mal de ojo, palomas para llevar mensajes, buitres para llevarse a la suegra o mochuelos para irse a un olivo. Lo que no llegó a funcionar del todo bien fueron los delfines, no había forma de sujetarles la carga a un lomo más resbaladizo que un político imputado por corrupción.

Desde la ventana de mi casa puedo observar como el comercio depende del transporte marítimo y no de animalitos. Es un placer ver pasar a diario unos cuantos barcos que hacen transporte de contenedores inmensos, formando filas de colores como si fuera una pantalla del tetris. En la lejanía parecen pequeños rectángulos de colores, pero de cerca se convierten en inmensos containers en los que podría caber, no sólo mercancía para abarrotar la despensa de Falete, si no incluso tu casa entera si te mudas a otro país, o cualquier cosa que necesite transporte internacional. No importa lo que quieras transportar en www.cargax.com estarán encantados de facilitarte la tarea

Es curioso que ahora que ya estamos en la era del comercio electrónico tengamos la sensación de que todo lo tenemos en la palma de la mano. Compramos, y todo está ahí en la pantalla del ordenador, y como por arte de magia aparece en nuestra casa. Y aunque el transporte marítimo sea hoy en día el medio que más mercancía mueve en todo el planeta, nosotros seguimos disfrutando del comercio como hace miles de años…con las manos en los h…