La historia comienza con la Gran Depresión de la década de 1930, que fue una consecuencia de lo que los economistas llaman una “crisis de sobreproducción”. El capitalismo se fue expandiendo por el aumento de la productividad a medida que los salarios iban disminuyendo generando profundas desigualdades, erosionando la capacidad de las personas para consumir, creando un exceso de oferta de bienes que no podían encontrar un mercado. Para resolver esta crisis y evitar que se repitieran en el futuro, los economistas de la época -dirigidos por John Maynard Keynes- sugirieron que el Estado debía participar en la regulación del capitalismo. Argumentaron que al reducir el desempleo, aumentaría el salario y por consiguiente la demanda de bienes; el estado podría garantizar un crecimiento económico continuado y bienestar social.
Este modelo económico se conoce como “liberalismo incorporado o incrustado” –era una forma de capitalismo que se incrustó en la sociedad, limitada por las preocupaciones políticas y dedicada al bienestar social-. Se trató de cambiar a un salario familiar decente para una mano de obra dócil y productiva, de clase media que tuvieran los medios para consumir un conjunto de productos básicos. Estos principios se aplicaron ampliamente después de la Segunda Guerra Mundial en los Estados Unidos y Europa. Las autoridades creyeron que podían utilizar los principios keynesianos para garantizar la estabilidad económica y el bienestar social en todo el mundo y, así evitar otra guerra mundial. Desarrollaron las instituciones de Bretton Woods (que luego se convertiría en el Banco Mundial, el FMI y la OMC) para este fin, con el objetivo de suavizar la balanza de pagos y para promover la reconstrucción y el desarrollo en Europa devastada por la guerra.
El Liberalismo incorporado entregó altas tasas de crecimiento durante los años 1950 y 1960 - sobre todo en el Occidente industrializado, pero también en muchas naciones poscoloniales. A principios de 1970, sin embargo, el liberalismo incrustado comenzaba a enfrentar una crisis de "estanflación", lo que significa una combinación de alta inflación y estancamiento económico. En los EE.UU. y Europa, las tasas de inflación se dispararon desde alrededor de 3% en 1965 a alrededor del 12% diez años después. Los economistas siguen debatiendo las razones de la estanflación durante este período. Estudiosos progresistas como Paul Krugmanapuntan a dos factores. En primer lugar, el alto costo de la guerra de Vietnam dejó a los EE.UU. con un déficit en la balanza de pagos - la primera del siglo 20 - hasta el punto que los inversores internacionales preocupados empezaron a “descargarse” de sus dólares, por lo que las tasas de inflación en aumentaron. Nixon exacerbó la inflación cuando, luchando para pagar los crecientes costos de la guerra, retiró el patrón oro en 1971: el precio del oro se disparó mientras que el valor del dólar se desplomó. En segundo lugar, la crisis del petróleo de 1973 hizo que los precios crecieran y provocó una desaceleración, llevándola al estancamiento. Pero los eruditos conservadores (lacayos de la élite) rechazan estas razones. En cambio, ven esta "estanflación" como consecuencia de impuestos onerosos sobre la regulación económica, alegando que representaba el punto final inevitable del liberalismo incrustado lo que justificaba el desguace de todo el sistema.
Paul Vocker se convirtió en el presidente de la Reserva Federal de los EE.UU. en 1979, nombrado por el presidente Carter. Siguiendo las recomendaciones (como no…) de lo economistas de la Escuela de Chicago como Milton Friedman, Volcker sostuvo que la única manera de poner fin a la crisis era sofocar la inflación elevando las tasas de interés al 20%. Esto causó una recesión masiva, conduciendo a unas tasas de desempleo superiores el 10% diezmando (nunca mejor dicho) el poder de los sindicatos que –bajo el liberalismo incustrado- habían sido el contrapeso crucial para el exceso capitalista que originó la Gran Depresión. El conocido como “shock Volcker” tuvo efectos devastadores en la clase obrera, pero curó la inflación e infló a la élite adinerada.
Este ajuste en la política monetaria (dirigida a la baja inflación) fue el primer componente del neoliberalismo puesto en marcha a principios de los 80. La segunda fue la oferta económica. Reagan quiso dar más dinero a la ya clase rica para así estimular el crecimiento económico bajo el supuesto de que iban a invertir en capacidad productiva y que poco a poco revertiría al resto de la sociedad. Un tercer componente del plan económico de Reagan (y la gran causa de los males que tenemos hoy en dia) fue la desregulación del sector financiero. Devido a que Volcker se negó a apoyar esta política, Reagan nombro a Alan Greenspan a ocupar su lugar en 1987 siguiendo en su puesto hasta 2006. Las desregulaciones empujaron finalmente al precipicio de la crisis financiera mundial de 2008, durante la cual millones de personas perdieron sus hogares por ejecución hipotecaria.
Básicamente durante este siglo lo que ha habido es un movimiento de la riqueza de la clase media a la clase más rica y pudiente y…. esta transferencia sigue hoy en día… volveremos a ser simple vasallos… si no lo somos ya.