Tanto las reflexiones vitales como sus aficiones se van sucediendo y enlazando en un camino que parece buscar sus atractores por sí mismo. La ciencia, la astronomía, la ciencia ficción, los dioses, la literatura, la política; el temprano fallecimiento de sus padres, la eutanasia, la soledad, el sexo. Hay mucho espacio en estas páginas para la muerte y el deseo y muy poco para la creencia y el amor. La poesía de Jorge Camacho es pragmática, una búsqueda del sentido de las cosas desde una resignación plácida, sin sufrimiento, desde la aceptación de un mundo falto de sentido pero repleto de significados. "Quemadura" desnuda la realidad para mostrarnos la paradoja del mundo.El invencible, de Stanislav Lem
Es curioso el contraste con Solaris, la obra maestra de Lem publicada sólo tres años antes, una novela que fiaba todo su potencial a la indefinición y la absoluta falta de certeza científica, aunque a decir verdad, el final de El invencible vuelve a compartir el mensaje principal de aquella obra, la imposibilidad de aprehender, de siquiera comprender los misterios del universo. "No todo, ni en todas partes, es para nosotros", sentencia en su cabeza el oficial Rohan tras vivir un momento de iluminación ante lo incognoscible. Ese capítulo final es maravilloso, una andada en solitario por tierras desconocidas que recupera toda la potencia de la vieja ciencia ficción, aquella que convocaba a la maravilla sin necesidad de retruécanos, sumergiendo al lector con sencillez en paisajes desconocidos.
Sí hay, a mi entender, un punto débil en la narración, y es la manera en la que se da explicación al gran misterio, una deducción excesivamente casual, sin base alguna. Choca en un libro que pone tanto énfasis en el elemento racional y cartesiano. En cuanto a la edición de Impedimenta, cabe decir que a diferencia de la de Minotauro, que estaba volcada del inglés, cuenta con una traducción directa del polaco. Bastante fluida, aunque el texto presenta alguna que otra frase desordenada o no bien resuelta.