Discos perdidos: Toda una categoría en la que muchos artistas de prestigio han dejado algún registro buscado durante años por los fans y que, en el mejor de los casos, veía la luz como lanzamiento pirata de dudosa calidad sonora. Son abundantes los ejemplos de discos que fueron grabados en su momento, publicitados e incluso enviados a las emisoras de radio en formato promocional pero que a última hora no fueron publicados por las más variadas razones.
Centrándonos exclusivamente en las músicas que suelen aparecer en el blog y sin necesidad de pensar demasiado en ello se nos vienen a la cabeza decenas de ejemplos que van desde “Toy” de David Bowie hasta el “Black Album” de Prince. Títulos como “Experimental 2001” de Jean Michel Jarre, “The Sicilan Defense” del Alan Parsons Project, “Household Objects” de Pink Floyd, “Neu! 4” de Neu!, o “Smile” de The Beach Boys también entrarían en una lista que podríamos alargar hasta configurar varias entradas dedicadas exclusivamente a ese tema.
Afortunadamente para los más melómanos, en los últimos años estamos asistiendo a una oleada de reediciones de material clásico de muchos artistas con lanzamientos lujosos llenos de extras entre los que, en muchas ocasiones, se cuelan algunas de estas grabaciones perdidas, ya sea en su totalidad o de modo parcial (de hecho, en la lista anterior hay títulos que ya han sido publicados de forma oficial).
Uno de los discos que cumplía todos los requisitos para figurar en esta lista de grabaciones “perdidas” era “My Squelchy Life” de Brian Eno. En 1991 todo estaba preparado para su publicación. Se enviaron ejemplares promocionales a la prensa e incluso llegaron a aparecer reseñas en algún medio escrito. Lo que ocurrió fue que Eno se encontraba en un momento especialmente creativo y no dejaba de pensar en cosas nuevas. En un momento determinado, alguien de la discográfica le comentó que septiembre (la fecha planeada inicialmente para la publicación de “My Squelchy Life”) era una mala época para la venta de discos y que, probablemente, sería mucho más interesante lanzar el disco en febrero del año siguiente. Eno se mostró de acuerdo pero indicó que, si tenía que ser en febrero no habría problema aunque entonces el disco no sería “My Squelchy Life” sino otro distinto en el que ya estaba trabajando en aquel momento. Así, en febrero de 1992, apaceció “Nerve Net”, un disco diferente en el que aparecía parte del material de “My Squelchy Life” pero que, visto en conjunto, tenía poco que ver con aquel.
La larga espera de los seguidores de Eno, mitigada en parte con la existencia de grabaciones piratas del disco, terminaría en 2014 con la reedición de cuatro discos del músico pertenecientes a los primeros años noventa. Todos ellos contenían abundante material adicional y en la edición correspondiente a “Nerve Net”, el CD adicional contenía, por primera vez en forma íntegra y como lanzamiento oficial, el disco “My Squelchy Life”. ¿Qué se iba a encontrar ahí el oyente? Pues nada menos que el regreso de Eno en solitario al formato de canciones “pop” (siendo laxos con el uso del término) al que ya había retornado poco antes en compañía de John Cale con “Wrong Way Up”. Ni siquiera en la reciente reedición oficial del disco aparecen los créditos completos del mismo por lo que desconocemos los músicos que intervienen en él. Nombres como el de Robert Fripp si figuran en los créditos de alguno de los cortes del disco que luego formaron parte de "Nerve Net" pero creemos que o merece la pena aportar un listado incompleto.
“I Fall Up” - El primer corte del disco recordaba de inmediato a esa joya que Eno grabó con David Byrne años antes: “My Life in the Bush of Ghosts”. La conjunción de bajo, guitarras y percusiones es una herencia directa de aquel seminal trabajo. Juntos componen un cadencioso ritmo que sirve como base para la intervención del propio Eno como vocalista en un tema que también podría encajar en los discos que nuestro artista produjo para Talking Heads.
“The Harness” - La segunda canción del trabajo tiene una mayor contundencia, al menos en el comienzo y es también algo más convencional en lo melódico. El esquema obedece a un formato más o menos clásico con su estrofa, su estribillo, sus “solos” instrumentales etc. pero el sello de Eno es inconfundible y no sólo por su voz.
“My Squelchy Life” - El siguiente corte es uno de los que formaron parte de “Nerve Net” cuando ese trabajo ocupó el lugar del que hoy comentamos como nuevo lanzamiento de Eno. Se trata de un instrumental magnífico, tenso, en el que el músico aprovecha los ritmos sincopados para construir un ambiente inquietante reforzado por los sonidos de sintetizador y algunas voces procesadas de fondo. Sin llegar al nivel de complejidad del citado “My Life in the Bush of Ghosts”, el espíritu de aquel disco está muy presente de nuevo en esta pieza.
“Tutti Forgetti” - Si el corte anterior era inquietante, este es angustioso en grado sumo. Sobre un ritmo frenético en el que destaca un espectacular juego de percusiones, una voz recita con un tono dramático cómo lo ha olvidado absolutamente todo, desde sus amigos y su perro hasta su risa o las cosas que le gustan. Es difícil permanecer impasible durante su escucha y, quizá por ello, con el siguiente tema, Eno decide desintoxicarnos un poco.
“Stiff” - Decimos eso porque lo siguiente es una preciosa canción, optimista y vital que, en cierto modo, recuerda a los entonces recientes discos de U2 con Eno como productor. Las guitarras, el órgano y las percusiones del comienzo inciden en esa idea aunque el tratamiento posterior es algo distinto. De hecho, la batería que marca el ritmo central nos parece procesada de algún modo (quizá reproduciendola de modo invertido o algún efecto similar). En cualquier caso, es este uno de los grandes temas del disco.
“Some Words” - Con este tema volvemos a la cara más experimental y electrónica de Eno, quien reviste una magnífica balada con capas y capas de sonidos sintéticos hasta conseguir una producción impecable que vuelve a traernos a la cabeza a U2 en lo relativo al desarrollo melódico. La coda instrumental con la que concluye el tema es una verdadera preciosidad en la que la música electrónica más etérea se da la mano con el minimalismo con gran acierto.
“Juju Space Jazz” - Jazz espacial es una de las pocas definiciones que encajan bien con esta pieza. En ella escuchamos un ritmo desigual, extraño, sobre el que se repite una melodía bastante sencilla. Poco después llegamos a un interludio lleno de efectos sonoros, loops y voces procesadas que aumenta si cabe nuestro asombro. El tema central volverá a sonar una y otra vez hasta el final. No es una de nuestras piezas favoritas del disco a pesar de ser una de las pocas escogidas para formar parte, en una versión algo más reducida, de “Nerve Net”.
“Under” - Otra preciosa canción de ritmo cadencioso que nos revela a un Eno que habría sido perfectamente capaz de desarrollar una carrera llena de éxitos dentro del pop más comercial de haberselo propuesto. Evidentemente, aquí no se limita a presentar una pieza más o menos bonita con una instrumentación y unos arreglos convencionales sino que toda ella tiene la impronta de una de las mentes más relevantes del mundo de la música de las últimas décadas. Sin atrevernos a afirmar que haya sido de forma consciente, lo cierto es que la melodía central de “Under” nos recuerda mucho a la de “Here”, canción que Pet Shop Boys publicaron unos años más tarde.
“Everybody's Mother” - Volvemos a encontrarnos aquí con la cara más experimental de Eno. Es este un corte electrónico, ambiental y con un toque casi cinematográfico en el que una voz distorsionada recita un texto con aire tenebroso. Más adelante, la voz se convierte en un coro y el recitado en una especie de salmodía ceremonial. Poco a poco, sin embargo, el tono de la pieza va tornándose algo más luminoso hasta que el propio Eno comienza a cantar en un final verdaderamente brillante.
“Little Apricot” - Rompiendo por completo con la estética del disco, aparece aquí un instrumental de piano en clave ambiental, siguiendo la linea de anteriores trabajos de Eno junto con Harold Budd aunque con un menor peso de los tratamientos electrónicos. Casi una anécdota dentro del trabajo.
“Over” - Como conclusión, el músico británico nos deja otra exquisita balada. Un tema que podría pasar por una canción “country” con otro tratamiento pero que aquí, con el glamuroso envoltorio sonoro de Eno se convierte en una delicia que podría haberse convertido en un clásico en la voz del “crooner” de moda.
La faceta como compositor de canciones no es la que más atención ha recibido por nuestra parte dentro de la producción musical de Brian Eno pero no por ello la consideramos menor. Es el problema que tiene un músico de tan amplio espectro, que hace que abarcar todos los estilos que ha ido tocando, sea una tarea a afrontar con un planteamiento temporal que, por fueza ha de ser extenso. En cualquier caso, las próximas entradas del blog van a tener a Eno como protagonista para seguir profundizando en su obra.
En el siguiente enlace se pueden escuchar extractos de todos los cortes del disco. Los doce primeros corresponden a "Nerve Net" y los once restantes a "My Squelchy Life", publicado como "bonus" en la reciente reedición del primero.
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