Brian y Stewie, el capítulo que Family Guy necesitaba

Publicado el 05 mayo 2010 por Rebecasanchez
Mucha gente cree, opina, dice que Family Guy empezó a perder frescura después de aquel capítulo homenaje a Star Wars titulado Blue Harvest. No les falta razón. Es difícil estar siempre en lo más alto después de tanto tiempo, ya vemos como les va a Los Simpson. Sin embargo la serie de MacFarlane siempre consigue sorprender, tal vez no tanto como antes pero sigue teniendo esos momentos de puro bizarrismo y culto friki que son marca de la casa. Lo más cacareado en los últimos tiempos ha sido ese Road to Multiverse, el fragmento Disney es pura magia
Yo sigo la serie religiosamente y si he notado esa bajada de calidad y contenidos, da mucha rabia admitirlo pero es cierto. Ni siquiera la segunda parte de Star Wars, Something something something dark side, estuvo a la altura de lo que se esperaba.
LLegamos así al episodio 150, una cifra importante. Y nos damos de bruces con un episodio de esos que amas  u odias. El capítulo 8x17, Brian and Stewie, es totalmente diferente a lo que la serie ha estado ofreciendo hasta este momento. Un capítulo de unos cuarenta minutos de duración, dividido en dos partes claramente diferenciables. La primera parte, unos 20 minutos, se centra en los personajes del título, Brian el perro y Stewie el bebé. Todo empieza cuando están en la cámara de seguridad de un banco y se quedan encerrados allí durante un día y medio. Estos 20 minutos dan para que los personajes hablen entre ellos, en ningún momento tendremos referencias off-topic tan habituales en esta serie ni referencias a los demás personajes, simplemente los tendremos a ellos dos. La segunda parte, otros 20 minutos, es una recopilación de momentos musicales, algunos inéditos, otros tan conocidos como el Shipoopi o el You´ve got a lot to see. Estos musicales están presentados por Brian y Stewie.
Sin duda lo mejor y lo más arriesgado del capítulo es esa primera parte donde los dos personajes con más profundidad de la serie se explayan a gusto. Brian siempre ha sido la voz de la razón dentro de la familia, a pesar de sus momentos de debilidad y sus instintos caninos. Stewie ha evolucionado mucho desde aquel infante terrible con ansias matricidas. La relación entre ambos siempre ha sido uno de los recursos que más juego han dado dentro de la serie y en este capítulo se explora esa extraña amistad entre un perro alcohólico y depresivo y un bebé gay y egocéntrico. Revelándonos un final obvio pero magnífico.Brian, el escritor frustrado y fracasado, leyendo David Copperfield a Stewie es una imagen poderosa. 
No diré más porque creo que debéis ver sin falta este capítulo.Por cosas así sigue mereciendo la pena ver esta serie. Me gusta que innoven y arriesguen, pero no sólo por decir "podemos hacerlo" sino por decir "lo hacemos de puta madre".