Que no, que no, no es para tanto a pesar de ese nombre, son muy fáciles de elaborar y desde el mismo momento en que estés preparando el relleno te estás repitiendo a tí mismo: ".... esto tiene que estar de vicio...". Una receta para disfrutarla desde el primer momento en que te embarcas en su elaboración. Magnífica combinación de agridulces y de texturas que a buen seguro, te harán recordar tanto como a mí esta receta que bien puede adaptarse tanto a un díario como a ocasiones especiales sin ocuparte demasiado tiempo en la cocina.
Añadir 2-3 cucharadas de aceite de oliva en una sartén mediana y templar.
Continuar agregando los dientes de ajo laminados y dorar ligeramente. Incorporar los langostinos troceados y saltear hasta que tomen color. Salpimentar.
Retirar la sartén del fuego y añadir el perejil y los dátiles. Sacar a un plato el relleno y dejar enfriar completamente. Como se puede ver en la foto, llegados a este punto, dan ganas de coger la cuchara, una rebanadita de pan y probar este delicioso revuelto.
Enrollar como en la receta de briouats y sellar los bordes con huevo batido. Os dejo un croquis de como hacerlo, no es nada complicado.
En la misma sartén anterior, añadir más aceite de oliva y calentar a fuego medio sin que llegue a humear.
Freir los bricks de dos en dos hasta que se doren completamente por ambos lados. Retirar una vez dorados a una fuente con papel absorbente.
Servir bien calientes acompañados de salsa alioli y ensalada.