Comentaba unas líneas más arriba que la música francesa será el eje vertebrador de esta 34º edición del FIOCLE, más allá de Messiaen, y así pudimos disfrutar de "la orquesta KLAIS" gracias a la transcripción que Eugenio Maria Fagiani hizo de La Valse (1919/20) de MAURICE RAVEL (1875-1937), tal vez majestuosa aunque poco clara en su escucha desde mi posición (esta vez a la entrada de la catedral, con la consola colocada en medio del coro y el público sentado en bancos y las "sillas de tortura" plegables rellenando todos los huecos posibles). Hubo momentos de sonoridades más logradas, la utilización del pedal de expresión consiguiendo efectos verdaderamente sinfónicos, la "pegada" del pedalero como contrabajos aerófonos (nunca la cuerda encontrará equivalencia en el órgano o el piano) y por supuesto los registros de trompeterías y lengüetería que ayudaron a darle esa pátina tan impresionista llena de colores de esta partitura inigualable en instrumentación de la que Ravel fue único y Fagiani parece haber buscado casi al detalle, faltando solamente una ejecución a la altura del compositor y transcriptor.
Continuó la fiesta sinfónica en el "bicho KLAIS" con NICOLÁI RIMSKY- KORSAKOF (1844-1908) y su conocidísimo El vuelo del moscardón (1899-1900) en arreglo de Willi Nagel, breve y virtuoso contagiando el humor de esta partitura orquestal que en el órgano con Briggs sirvió de contrapunto emocional del gran Mahler.