#Bringbackourgirls y la responsabilidad internacional en el secuestro

Publicado el 30 mayo 2014 por Gsnotaftershave @GSnotaftershave

Michelle Obama reclama en Twitter la vuelta de las niñas secuestradas en Nigeria.

Michelle Obama, David Cameron, Malala, Salma Hayek o la modelo Irina Shayk se han fotografiado con el mismo cartel: “Bringbackourgirls” (Devuélvenos a nuestras chicas), para pedir al grupo armado Boko Haram que libere a las más de 200 adolescentes que secuestró a mediados de abril en una escuela de Nigeria. Y si bien no deja de ser un crimen atroz, es también la punta del iceberg de la conflictiva situación que se vive en este país y de la cual la comunidad internacional tiene buena parte de culpa.

Nigeria está completamente dividida: el norte musulmán, donde se aplica la sharia (ley islámica) y el sur cristiano. Pero esta división si algo ha demostrado es que la violencia genera más violencia. En 2002, Mohamed Yusuf fundó el grupo armado musulmán Boko Haram y siete años después, las fuerzas armadas nigerianas lo ejecutaron en público. Desde entonces, este grupo ha radicalizado sus acciones perpetrando sangrientos atentados o secuestros, como el de estas menores.

Pero además de la división religiosa, Nigeria es una bomba de relojería a punto de estallar. Es el paraíso de petroleras internacionales como Chevron, Mobil, Eni, Exxon Mobil o Shell, esta última en 50 años ha derramado un millón y medio de toneladas de petróleo, es decir, ha provocado un impacto ambiental 20 veces mayor que el del Prestige en España. Así pues, la actividad petrolera ha comportado un beneficio económico sustancial para los grandes empresarios internacionales y el gobierno, mientras que la población, básicamente agrícola y pesquera, se ha ido empobreciendo porque sus recursos se están extinguiendo por la contaminación.

El 21,5% del PIB de Nigeria proviene del petróleo, que se exporta el 90%. Desde que en los años 60 se empezó a vender el crudo en el mercado internacional, las empresas extranjeras y el gobierno se han embolsado 600.000 millones de dólares, mientras que en tan solo seis años, del 2004 al 2010, la pobreza aumentó del 54% al 64%, es decir, 113 millones de nigerianos son pobres.

Esto conlleva que en el país se libran tres guerras: la del norte musulmán y sur cristiano, la de la desigualdad social y económica y la pelea por los recursos, entre empresas internacionales y la población local. Esta última batalla ha comportado que la comunidad internacional sea vista con muy malos ojos en Nigeria, por lo que no es de extrañar que Boko Haram signifique “la educación occidental es pecado”.

Militarización africana

Y si algo ayuda incrementar aún más la violencia es la militarización del continente africano, en buena medida, por las armas que le venden Estados Unidos y Rusia, el primer y segundo exportador de material bélico en el mundo.

Según un estudio del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, en sus siglas en inglés), África es la región del mundo que más incrementó su gasto militar en 2013, un 8,3%.  Ese año, se redujo la compra de armas un 1,9% a nivel mundial, en buena medida porque las potencias occidentales dejaron de adquirir estos productos por la crisis internacional, algo que no hicieron América Latina, Asia y mucho menos África.

Pero además, desde Occidente también se ha interpretado que los conflictos en África se solucionan a golpe y porrazo. Y si bien el gobierno de Nigeria se mostró dispuesto a negociar con Boko Haram para liberar a las colegialas, la respuesta del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, fue clara: con este grupo armado no se dialoga y envió 70 soldados a Nigeria y 80 a su vecino, Chad, pues se cree que las niñas están en la frontera entre estos dos países.

Bajo la excusa de combatir a Al-Qaeda y al terrorismo internacional, desde 2007 Estados Unidos ha ido incrementado posiciones en terreno africano y, actualmente, tiene soldados repartidos en 13 países, además de aviones espías y drones.

Y mientras las jóvenes siguen desaparecidas, la comunidad internacional es incapaz de reaccionar y de encontrarlas. Hace tan solo una semana, el Consejo de la ONU aprobó una resolución en la que considera que Boko Haram es un grupo armado y vinculado a Al-Qaeda, por lo que decidió aplicarle un embargo de armas y congelar sus activos. Una medida que llega tarde, cuando ya ha costado vidas humanas y el secuestro de las menores.

Pero si en Nigeria, en África, realmente, se quiere que haya paz la lucha no es armada, es contra el hambre, ya que pese a que es uno de los continentes más ricos en recursos naturales, su población es la más pobre y excluida del planeta. Y permítanme acabar con esta frase de la obra “Madre Coraje y sus hijos” de Bertolt Brecht: “Sólo negocios son las guerras: se vende plomo en vez de pan”.

Núria Segura

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