Hace poco tuve la ocasión de ver Broadchurch. Se trata de una serie británica que sigue la investigación del asesinato de un niño de once años en la población que da nombre a la serie. Un incidente que llena de intranquilidad y mal rollo este pequeño pueblo costero. Una población, que como es de esperar, es tranquila, donde todos se conocen y nunca pasa nada remarcable.
A medida que avanza la investigación las aparencias van cayendo y en cuanto se agita un poco la manta, comienzan a surgir las miserias propias del género humano. Envidias, secretos, mentiras, infidelidades y asuntos turbios comienzan a mostrar a la detective encargada del caso, vecina de Broadchurch, que sus vecinos no son quien ella pensaba que eran.
El caso recae en un detective nuevo, un policía destinado desde otra ciudad que ha sufrido un grave varapalo en un caso anterior. Poco a poco iremos conociéndolo y vemos como se integra en el departamento de policía local, como congenia con su compañera, la detective con la que tendrá que trabajar y sabremos más de su vida y sus problemas anteriores.
La trama no es nada original. Hace poco vimos The Killing, una serie que parte de la misma premisa. Incluso tuvimos una versión propia con Punta Escarlata, una serie bastante remarcable que vimos en Telecinco y que, sorprendentemente, no estuvo nada mal.
La diferencia está en la impecable interpretación de los actores de Broadchurch. Liderando el equipo actoral está David Tennant, que nos tiene que gustar sí o sí, ya que fue el Décimo Doctor. Su papel se aleja totalmente del icónico personaje de ciencia ficción y construye un detective tocado, con problemas (no, no de alcohol, por suerte. Sería demasiado sencillo y manido) y ofrece otra visión de este actor escocés que tantos fans tiene.
La parte feminina está interpretada por Olivia Colman, una de esas actrices británicas que te suenan pero no sitúas. Apareció también en Doctor Who, en el primer episodio del Undécimo Doctor, interpretado por Matt Smith. Las conexiones con la popular serie no terminan ahí, ya que el párroco local está interpretado por Arthur Darvill, nuestro recordado Rory Pond (vale, es Williams, pero los whovians ya me entendéis).
Buenas interpretaciones, muy naturales y alejadas de la artificiosidad de las series americanas, una trama que por vista no es menos interesante y que nos lleva por las vidas de los habitantes de un pequeño pueblo que al final, son tan humanos como en cualquier otro lugar y tiene sus cosas que prefiere no airear. Y el desenlace... Bueno, sorprende e impacta, aunque cuando has visto varias series similares y has leído novela negra y policiaca, no deja de ser algo bastante común.
Te dejo que lo averigües tú mismo, ya que está siendo emitida por Antena 3 en versión doblada. Los horarios de esta cadena son, como siempre, espantosos, pero si puedes verla, no te arrepentirás.