¿Puede explicarme alguien en qué momento ha sido cuando se ha pasado el mes de Octubre? ¡Qué ya estamos otra vez en el último domingo del mes! Y eso significa, ni más ni menos, ¡qué toca mangonear blogs con el reto #elAsaltablogs!
Y este mes el blog asaltado es Cocinar con amigos, un blog con solera que tiene de todo, desde una tarta de limón a un salmón en salsa teriyaki, pasando por todo lo que se os pueda ocurrir entre medias.
La verdad es que he rebuscado por puro vicio ya, porque la receta la elegí conforme la ví, por su sencillez, pintaza y, factor fundamental: ¡tenía todos los ingredientes en la nevera!
Se trata de estas brochetas de pollo con salsa de champiñones que son sencillamente un espectáculo.
Tal y como avisa Gloria en su entrada, (y quien avisa no es traidora) la salsa tiene un problema: es brutal. ¡Pero brutal! ¡Qué buenísima está! Y de no haber sido porque yo tenía el estomago aún un poco renqueante de un típico virus otoñal, pues habría comprado 5.000 barras de pan para no dejar ni rastro. Pero en cambio, me conformé con hervir un poco de arroz con romero, y probar la salsa lo justo, mientras mi compañero de mesa se ponía las botas de salsita de champiñones al grito de ¡qué bueno está esto!
Otro cambio que he hecho a la receta es que en vez de hacer las brochetas al horno, las he hecho a la plancha, por acelerar un poco el tiempo de ejecución de la receta.
En cuanto a los ingredientes, he tenido que cambiar el vino blanco por vino tinto, porque era lo que tenía, pero por lo demás, ¡todo es igual!
Os recomiendo que os animéis a probarlas pues la combinación de sabores es lo que le da todo el juego a estas brochetas.
Ingredientes: (para 2 personas)
Para la salsa:
- 1 brik de nata
- 4 champiñones grandes
- pimienta negra
- 1 vasito de vino
- 1/2 cebolla pequeña
- aceite de oliva
- sal y pimienta
Para las brochetas:
- 1/2 cebolla pequeña
- 1 pimiento verde
- 1 pechuga de pollo grande
- sal
- aceite de oliva
Elaboración:
En primer lugar, quitamos la piel y los restos de huesecillos a la pechuga (que en mi caso, no se desperdicia, pues tengo tres gatillos fuera deseando dar buena cuenta de todo ello :) ) Una vez limpia, la troceamos en cubos grandes aptos para brochetas.
Vamos montando las brochetas intercalando trocitos de pollo, con trocitos de verduras, a nuestro gusto. Cuando las tengamos montadas, las ponemos en la plancha a potencia media, con un chorreón de aceite de oliva y una pizca de sal, y las vamos girando sobre sí mismas de vez en cuando para que se hagan bien por todas las caras.
Cuando se haya consumido todo el agua que sueltan, añadimos el vino y dejamos reducir durante un par de minutos más, removiendo de vez en cuando. Añadimos entonces la nata y bajamos el fuego, salpimentamos al gusto (recomiendo seguir la sugerencia de Gloria, y añadir bastante pimienta, aunque ya sabéis que yo soy muy pimentosa) y cocinamos 5 minutos más, removiendo para evitar que se pegue.
Cuando el guiso esté listo, lo pasamos a un bote apto para la batidora, y trituramos hasta conseguir una salsa homogénea.
Podemos poner directamente un poco de salsa en los platos, o servirla en un cuenco a parte para que cada comensal se vaya sirviendo al gusto. Aunque esto último es un poco arriesgado pues al final os pelearéis por acabaros la salsa. Jajjaa ¡Así de buena está!
Y ya tenemos listas nuestras brochetas de pollo con verduras y salsa de champiñones.
Como os comentaba al principio, yo he optado por servirlas con un poco de arroz hervido aromatizado con romero como sustituto del pan, pero lo suyo es una buena barra y ¡a mojar sin parar!
Si os ha gustado esta receta, os aconsejo que os paséis por el blog de Gloria, porque encontraréis muchas más recetas estupendas como esta.
¡Que aproveche, Calderer@s!