Hoy hablaremos de un fenómeno misterioso que se produce en nuestras calles mientras la ciudad duerme. Es un fenómeno extraño, enigmático y llamativo que genera desazón y hasta diría yo, que acritud entre muchos de nuestros ciudadanos. Me refiero a la gestación y florecimiento de viejos colchones entre los contenedores de basura.
Se han dado muchas explicaciones sobre el tema. Explicaciones que achacan las causas a uno u otro motivo: negligencia ciudadana, actitud belicosa de los miembros del servicio de basuras para mejorar sus condiciones y salarios, desechos de bandas organizadas dedicadas al robo de alcobas de hoteles buscando lujosas pertenencias escondidas, etc...
Ninguna de esas respuestas nos convence. Debe haber algo más. Debe haber algo que nos ocultan las sombras de la noche.
¿Cuál es el misterio que se esconde detrás de estos colchones renacidos entre nuestros desperdicios? Un tema realmente sugestivo, enigmático y por lo tanto digno de ser tratado con toda la profundidad posible en nuestro Buque del Misterio.
(Sintonía)
Para hablar del tema, hoy traemos a nuestros estudios a uno de nuestros sabios de cabecera. Un polifacético hombre del Renacimiento en este siglo simplón y descreído. Tenemos en nuestro programa una vez más, a nuestro admiradísimo y entrañable Doctor Krapp.
- Doctor, sé que entre tus múltiples ocupaciones, has destinado un tiempo a estudiar este curioso fenómeno. ¿Podemos rechazar las interpretaciones convencionales que han corrido hasta ahora?
- Casi con toda seguridad, Bitter. Es absurdo pensar que haya gente que se deshaga de sus colchones con nocturnidad y alevosía teniendo la posibilidad de llamar a un número de teléfono municipal para que los recojan.
- ¿Pero podría tratarse de algún caso de maldad humana, de desobediencia o de alguna psicopatía no tratada?
- No podemos descartarlo, Bitter, pero me resisto a pensar que, dada la extensión de este fenómeno que infesta nuestras calles, podamos suponer que convivimos entre psicópatas, tercos o villanos desalmados. Sería aterrador pensar que estamos a merced de una legión de desquiciados tiracolchones. ¿Y si es el primer paso para luego arrojarnos a nosotros?
- ¿Y la otra opción? ¿Qué se tratase de una medida de presión por parte de los empleados de limpieza?
- Solo puedo hablar de lo que ocurre en mi ciudad, Kaskarilleira y te garantizo que nuestro servicio de limpieza es de una pulcritud exquisita …cuando se ponen a ello.
- Pero se ha hablado de que tienen un sindicato, en fin, …peleón. Incluso se ha dicho de ellos cosas mucho mayores, propias ejem ...de una vieja película de cine negro.
- Perdona, Bitter, pero preferiría no seguir hablando del tema, tengo familia y propiedades.
- Está bien. Hablemos pues de tu teoría sobre el origen de esta extraña epidemia.
- No tenemos una respuesta definitiva, pero después de nuestras observaciones nocturnas nos inclinamos a pensar en que los colchones tienen un origen no humano.
- Sorprendente. Por el "nos" que has usado, imagino que cuentas con colaboradores.
- Sí con el detective Fiz Arou, testigo del testimonio más creíble. Fue en una noche de principios del verano.
- Fiz Arou, menudo elemento, recuerdo un malentendido que tuve con él y que pudo acabar muy mal. Pero ahora da igual. Estoy en ascuas, cuenta, cuenta...
- Fue en su barrio. Paseando entre los contenedores buscando anormalidades. Le pago para eso. Oyó unos pasos y corrió a esconderse en una esquina. Entonces vio como se abrió uno de esos depósitos soterrados, grandes y redondos con tapa verde. Luego ellos se asomaron y bajaron a tierra como si fueran lemmings.
- ¿Quiénes eran ellos?
- Una interminable hilera de enanos. Como unos cincuenta o más. Iban vestidos como los enanos de los cuentos, a lo David el Gnomo. Pronto formaron un rectángulo grande delante del contenedor y se pusieron a cantar un tema en estilo gregoriano.
- ¿Cual?
- Este.
- No lo puedo creer.
- Segundos más tarde, se fue corporizando uno de esos colchones viejos y al hacerse sólido y tangible, corrieron los enanos a retozar y bailar encima, mientras un grupo que quedó en el exterior se esmeraba, con rara habilidad, a tocar temas usando los silbidos más famosos de la historia del cine. Alguno llevaban una flauta travesera que sacaron de debajo del gorro.
- ¿Usted lo vio Doctor Krapp?
- No, no lo he visto, soy una persona muy ocupada. Me fío del detective, le pago bien para que me ofrezca resultados.
- ¿Qué pasó luego?
- Acabó la música y el baile. Salieron del colchón. Subieron por el contenedor en estricta fila india. Abrieron la tapa. Se metieron dentro y antes de cerrarse el que parecía algo así, como el Papá Enano, gritó a la noche un "sayonara baby". Todo terminó después.
- Pero eso que me cuenta es una historia poco creible, Doctor Krapp y se me permite la expresión algo chorras. Su detective le ha tomado el pelo.
- ¿Duda de mi credibilidad?😊
- Esto es programa de misterio muy serio, no se ría. ¿Acaso están compinchados los dos para desacreditar mi programa?
- 😁😁😁
- ¡Le he dicho que no se ría! Corten la grabación. Córtenla ya y larguen a este pícaro sinvergüenza ... Ah que es en directo. Disculpen 😰😭😬. Buenas noches.😞
- Por el jodido doctorcito y su amigo el husmeador. Les debemos una. Gracias a ellos, durante una temporada los conspiranoicos nos dejarán tranquilos. Saúde. Salud.