Hola Graminoleños.
Llega el mes de noviembre y como lo prometido es deuda, iniciamos un nuevo mes con dos entradas seguidas dedicadas al Boss. No hay mejor manera de empezar cada mes que con la mejor música de la mano de Bruce Springsteen. Así que vamos a por ello.
Dejábamos la narración de su trayectoria en el capítulo 2 allá por el año 1986, cuando acababa de publicar una caja con 3 CDs repleta de música en directo y con un Bruce Springsteen convertido en un auténtico ídolo tras el éxito cosechado con “Born In The USA”. Nos situamos ahora en el año 1987, momento en el cual saldría al mercado su nuevo disco: “Tunnel Of Love”.
El disco vendría con una monumental sorpresa debajo del brazo. Por primera vez en la carrera de Bruce Springsteen, aparecía en el mercado un trabajo en el que no contaba con la E Street Band al completo. Su participación se limitaría a algunos de los temas que lo componían y no todos sus miembros participarían en todos ellos. Sorpresón de los gordos … y era solamente un aviso.
A pesar del recelo de muchos por la ausencia de los Clemons, Van Zandt y compañía, el disco llegaría de inmediato al número uno. El mero hecho de que fuese un trabajo de Springsteen era suficiente para que fuese atractivo para el público, pero además es que incluía buena música, como en el caso del tema que da nombre a este trabajo.
Ya hemos podido comprobar que la carrera de Bruce Springsteen ha venido marcado por los constantes cambios de ánimo que ha sufrido a lo largo de su vida. Sus distintas crisis, sus distintos problemas siempre han influido en él a la hora de componer sus canciones. En esta ocasión, un mal momento sería el que le llevaría a tomar las decisiones que tomó y a hacer la música que contiene este “Tunnel Of Love”.
Tras meses de crisis matrimonial, Springsteen se había separado de su mujer y éste fue el principal motivo por el que las canciones que conforman este disco tengan un aire triste, meditabundo e incierto, dejándonos canciones más tranquilas de lo habitual como este “Brilliant Disguise”.
El contraste entre este disco y “Born In The USA” es tremendo. La fuerza y rotundidad de las canciones de éste no aparecen por ningun sitio en el nuevo trabajo. Los temas, los muy buenos temas todo hay que decirlo, van sucediéndose uno tras otro con una ambiete pensativo, taciturno y algo oscuro, evidenciando que el Boss no atravesaba un buen momento anímico. La historia se repetía.
Sin la participación de la E Street Band, el peso de la música del disco recae exclusivamente en él mismo, motivo por el cual las canciones no son más que el reflejo de su díficil momento. La mayoría de estas canciones son o medios tiempos o baladas como este “One Step Up”.
Se publicarían hasta cinco sencillos de este disco y, aunque muchos de sus fans renegaron de él como señal de protesta por prescindir de su eterna banda de acompañamiento, el éxito fue total, sin llegar, eso sí al de “The River” o “Born In The USA”.
De todas las canciones que forman este disco, la que está considerada como la mejor y la que puede considerarse como auténtico estandarte de este trabajo es “Tougher Than The Rest”. Modestamente estoy de acuerdo con esta opinión.
Lo más curioso del caso es que precisamente el sencillo que tendría más ritmo, que tendría más sabor al Springsteen más rockero y habitual sería el último en publicarse y el que más desapercibido pasaría.
Daba la impresión de que con tanta melodía más tranquila y lenta pillaría algo desprevenidos a sus seguidores, pero “Spare Parts”, pese a que el peso lo llevan las guitarras y con gran contundencia, sería un tema menor comparado con el resto de sencillos publicados.
Como era de esperar, los miembros de la E Street Band no se quedarían quietos. Para ellos fue una auténtica sorpresa que su viejo amigo prescindiera de ellos para este disco, pero su calidad como banda y la de la mayoría de ellos como músicos daría lugar a algunas canciones que de no haberse producido este distanciamiento no habrían visto la luz. Para muestra, dos botones.
Steve Van Zand ya había publicado algún disco en solitario alternando su participación en los discos y las giras de Springteen con el resto de la E Street Band. De esta manera, aprovechando el tiempo libre que se le presentaba, publicaría ese mismo año 1987 su álbum “Freedom, No Compromise” en el que figura su canción más famosa y de más éxito.
Se trata de “Bitter Fruit”, con un ritmo que contrasta con el trabajo del Boss, ya que su guitarra luce como siempre. Cosas que pasan.
Por su parte Clarence Clemons y su insparable saxo siempre han sido más amigos de colaborar con otros artistas que de publicar discos en solitario. Por este motivo, aprovecharía el parón obligado de la E Street Band para marcarse una colaboración de lujo con un artista de lujo.
El artista en cuestión no es otro que Jackson Browne con el que interpretaría a dúo una joya en forma de canción titulada “You’re A Friend Of Mine”.
Muchos pensaban que la ausencia de la E Street Band de este disco sería algo momentáneo y puntual, que se trataba únicamente de que Springsteen quería publicar un disco en el que todo el protagonisto recayera sobre sus hombros. Lo cierto es que dos años después saltaría la sorpresa con el anuncio por parte del Boss de que la E Street Band ya eran historia.
A partir de ese momento, Springsteen entraría en un periodo repleto de rarezas y, de algún modo, con cierta crisis de creatividad. Un periodo plagado de discos en directo, recopilatorios, trabajos menores o, como vamos a ver de inmediato, de publicar al mismo tiempo dos discos distintos.
Una vez alejado de sus eternos compañeros de viaje, de momento y hasta aquí puedo leer, Springsteen se tomaría un pequeño descanso hasta que en el año 1992 anunciaría la publicación de dos discos al mismo tiempo. No se trataba de un disco doble, no, eran dos discos independientes el uno del otro simplemente publicados a la vez. Vamos con el primero de ellos: “Human Touch”.
El disco supondría la ruptura definitiva con su hasta ahora banda lo que sería recibido con bastante enfado por gran número de sus seguidores, pese a lo cual lograría unas grandes ventas aunque sería el primer disco en muchísimo tiempo que no llegaría al número uno, conformándose con el número 2. Tampo es como para dramatizar, creo yo.
En esta ocasión nos encontramos a un Springsteen más optimista y regresando al sonido habitual. Su matrimonio con Patti Scialfa y la llegada de sus hijos tendría bastante que ver para que volviese a componer canciones como la que da nombre al disco.
No serían sus fans los únicos que se sentirían un tanto decepcionados con estos dos nuevos discos. En el caso de “Human Touch”, la crítica no fue demasiado buena, comentando que se trataba del disco menos creativo y más monótono de la carrera del Boss. Unas críticas a mi manera de ver desmesuradas, ya que creo que contiene canciones bastante buenas, como puede ser esta espectacular “Soul Driver”.
Al publicarse los dos discos al mismo tiempo, los sencillos que irían apareciendo se irían alternando entre ambos, por lo que en lo que a “Human Touch” se refiere, serían únicamente dos los singles que se publicarían. El primero ya lo hemos escuchado, así que vamos con el segundo, una auténtica rareza.
Se trata de una canción en la que predomina el bajo y la voz de Springsteen, con una letra que es una crítica feroz a la programación televisiva. Todavía no había llegado la telebasura pero parecía como si el Boss ya lo viera venir. Su título es “57 Channels (And Nothin’ On)”.
Aunque la E Street Band no participa en este disco, sí que hay algún tema que huele a ellos por todos lados. Está claro que Springsteen iba a rodearse de buenos músicos y los sustitutos de su banda de siempre estuvieron muy a la altura dejándonos canciones tan buenas como la que viene a continuación.
Se trata de “Roll Of The Dice”, una canción que suena al Springsteen de siempre y que podría haber formado parte de cualquiera de sus discos anteriores. Un auténtico lujo de canción.
Al final del disco, casi desapercibida, hay una canción, muy cortita, muy simple que sería el primer contacto de Bruce Springsteen con una música que unos cuantos años después daría lugar a la publicación de un disco único del que hablaremos en su momento.
El tema en cuestión lleva el título de “Pony Boy” y es una canción popular americana que data de principios del siglo pasado, nada más y nada menos, y que sería un primer guiño de Springsteen a este tipo de música. La versión es una auténtica maravilla.
Como ya os he comentado, al mismo tiempo que aparecía en el mercado “Human Touch” lo hacía otro disco que cosecharía un éxito ligeramente inferior en lo relativo a ventas, recibidiendo al mismo tiempo mejor trato por parte de la crítica. Este disco llevaría el título de “Lucky Town”.
La historia de este disco es bastante curiosa. Springsteen llevaba tiempo intentando acabar lo que iba a ser “Human Touch”, pero se le atragantaba un último tema que tenía que formar parte del disco, no acababa de dar con la composición adecuada. Por este motivo, decidiría aparcar durante unos meses el proyecto, por lo que la salida al mercado del disco se retrasaría un poco.
Una vez recuperada la inspiración, Springsteen encontraría esa canción, que no sería otra que “Better Days”.
El caso es que una vez recuperada la inspiración, el Boss no solamente sería capaz de componer una canción para terminar “Better Days”, sino que se le vinieron a la cabeza otras diez más, por lo que la idea de publicar simultáneamente dos discos se puso sobre la mesa y vería la luz ese año 1992.
“Lucky Town” sería un trabajo más “Springstiniano” por así decirlo. Más íntimo y personal, más cercano al folk y con canciones más preocupadas por temas sociales y personales. Resumiendo podría decirse que “Human Touch” sería más comercial, buscando canciones de esas que se cantan en los conciertos y que “Lucky Town” sería mejor disco con canciones de mayor calidad.
De entre los temas que conforman este disco hay uno que pasa por ser uno de los mejores de la etapa de la que nos estamos ocupando hoy en “La Graminola”. Se trata de una canción, poderosa, firme y con unos espectaculares coros que atiende al título de “Leap Of Faith”.
Los críticos opinarían que “Lucky Town” era mejor disco que “Human Touch” y, sin embargo, las ventas de éste último superarían las del primero. De cualquier manera, lo que quedaba claro es que “Lucky Town” era un disco hecho con el corazón y con un sonido más parecido al de los primeros trabajos de Springsteen.
Otra de las cosas que queda bastante clara con la publicación de estos dos discos es que el estado de ánimo de Springsteen era bastante bueno en ese momento. Su relación con Patti Scialfa iba viento en popa y la llegada de su primer hijo le inspiraría para componer este “Living Proof”.
Como podemos observar, el sonido de las guitarras se impone en los temas de “Lucky Town”, dejando a un lado los sintetizadores utilizados en “Born In The USA” o, en menor medida, en el mismísmo “Human Touch”. El guiño al folk de este disco se hace notar en cada una de sus canciones.
Por este motivo predominan canciones tranquilas, sencillas, muchas baladas y medios tiempos y acompañamientos de guitarras acústicas como en esta preciosa “Book Of Dreams”. Como vemos los contrastes entre ambos discos son muy claros.
En esta misma línea, hay otra canción en este disco que es para disfrutarla tranquilamente, cerrar los ojos, dejarse llevar y deleitarse con la dulzura de un tema tan espectacular como es “My Beautiful Reward”. Springsteen siempre comentó que publicó estos dos discos sin el sentimiento por primera vez en su carrera de pasar a la posteridad con ellos. Lo que está claro es que con canciones como ésta merece la pena ese cambio de pretensiones.
Posiblemente seleccionando las mejores canciones de cada uno de estos dos discos publicados en el año 1992 y recogiéndolas en un único trabajo habría sido suficiente, pero el Boss podía permitirse estos lujos y estos caprichos que, como veremos inmediatamente, no iban a ser los únicos que se tomara en aquella época.
A partir de ese momento, Springsteen entraría en una étapa cuanto menos inesperada, en la que publicaría varios recopilatorios y trabajos grabados en directo y entre medias un disco intimista y nada comercial que fue considerado por algunos como una especie de continuación de su aclamado “Nebraska”. Vamos por partes.
Por aquella época, la cadena televisiva norteamericana MTV grababa conciertos acústicos en sus estudios, para un aforo reducido, en el que grandes artistas ofrecían su mejor repertorio. Estas grabaciones en muchas ocasiones se convertían en discos, siendo posiblemente el más conocido, reconocido y exitoso el que pubicara el gran Eric Clapton. Pues bien, Springsteen tambien caería en esa tentación publicando un disco de estas características.
Pero el Boss le daría una vuelta de tuerca más al tema ya que su concierto en la MTV no sería acústico sino que el decidió que sería con sus guitarras bien conectadas y dándolo todo. Por este motivo, el disco en sí, que en el caso de otros artistas se titulaba “Unplugged”, llevaría el título de “In Concert: MTV Plugged” y se publicaría en el año 1993. En algo tenía que notarse que era el Jefe.
Lo cierto es que el disco obtendría unas críticas bastante desfavorables, convirtiéndose en el disco menos vendido de su carrera. Las mayores críticas recaerían sobre el exceso de temas de sus últimos trabajos, dejando a un lado los éxitos de sus mejores años. Como vemos, una vez más la sombra de la E Street Band era bastante alargada.
Críticas aparte, escuchar algunas de las versiones de este disco de sus temas siempre es un placer. Como muestra, aquí tenéis “Man’s Job”. Espectacular.
Afortunadamente, este mal sabor de boca que le quedaría a Springsteen tras las críticas recibidas y la poca aceptación que el disco tuvo entre el público, quedaría compensanda y con creces apenas un año después gracias al siempre maravilloso mundo del cine.
En el año 1994 recibiría el Oscar a la mejor canción por “Streets Of Philadelphia”, el tema central de la película protagonizada por Tom Hanks y Antonio Banderas “Philadelphia”. Un grandísimo éxito más que añadir a su carrera en unos momentos inciertos.
Tras lograr la estatuilla, Springsteen se daría un nuevo capricho en forma de nuevo disco. En esta nueva etapa de su carrera, desde que prescindiera de los servicios de la E Street Band, sus discos no habían tenido el éxito de trabajos anteriores, pero a estas alturas de la película él estaba muy por encima de números, de ventas, recaudaciones y similares. Era ya un grande y lo sabía, por lo que se permitía el lujo de hacer la música que quería en cada momento.
De esta manera, en el año 1995 publicaría un disco intimista a más no poder, totalmente acústico en el que algunos vieron muchas de las virtudes de “Nebraska”, basado en la novela de John Steinbeck “Las Uvas de la Ira” y que llevaría el título de “The Ghost Of Tom Joad”.
El disco recibiría unas buenas críticas y se habló incluso de que se trataba del mejor disco de Springsteen desde hacía mucho tiempo. Lo cierto es que es un trabajo que no está hecho para todos los paladares y si alguiente buscaba la música de siempre, el rock y la potencia habitual, éste no era su disco.
Con este disco Springsteen tampoco buscaría el éxito rotundo. Era la música que le apetecía hacer y la hizo aún a sabiendas de que era bastante probable que sus ventas no alcanzaran los números habituales, como así sería. Únicamente se publicaría un single de este disco y sería el que le da nombre.
La gira promocional de este disco se realizaría en teatros y todos los temas que se interpretaban en los conciertos, fueran los de éste último disco, fueran los clásicos de su carrera, eran interpretados en formato acústico, por lo que podría decirse que aquéllos que asistieran a esas actuaciones en directo son unos privilegiados que escucharían unas versiones únicas y que no se repetirían.
La verdad es que resulta curioso que cuando todos los conciertos que ofrecía la MTV erán acústicos Springsteen lo haría eléctrico y su disco posterior fuese acústico totalmente. Es como si decidiera darle en las narices a más de uno y mandar el mensaje de que el Jefe hace siempre lo que le apetece. Así es el Boss.
Tras este disco pasarían siete larguísimos años hasta que Bruce Springsteen publicase un nuevo disco con material nuevo. No desaparecería claro está de la circulación realizando sus habituales giras y presentando dos discos recopilatorios, el primero de los cuales saldría al mercado en el año 1995 bajo el nombre de “Greatest Hits”.
El disco contendría algunos de los grandes éxitos de la carrera de Springsteen (en concreto 14), quedándose un tanto escaso. Da la impresión de que la publicación de este disco tendría un objetivo meramente recaudador habida cuenta de que los dos últimos no habían obtenido las ventas esperadas. Además de esos 14 temas se incluían cuatro nuevas canciones.
Este disco sería un rotundo éxito de ventas. Daba la impresión de que la fidelidad de su público era total y los cuatro temas nuevos tenían sabor a la música de Springsteen de siempre, a la que le había llevado a la cresta del éxito. Temas como este “Blood Brothers”, una canción que se interpretó como un pequeño guiño hacia sus amigos de la E Street Band. ¿Acaso estaba más cerca el reencuentro?
Entre los temas nuevos se encontraban dos canciones que inicialmente iban a ser incluidas en “Born In The USA” y finalmente fueron descartadas. La primera de ellas es “Murder Incorporated”.
La segunda llevaría el título de “This Hard Land”.
La última canción inédita de este recopilatorio volvería a tener protagonismo cinematográfico, aunque en esta ocasión sin conseguir la estatuilla a la mejor canción. Se trata del tema titulado “Secret Garden”, para mí la mejor de estas cuatro canciones nuevas, que formaría parte de la banda sonora de la película interpretada por Tom Cruise “Jerry McGuire”.
Y después de esto ¿qué? Pues despues de esto la pereza del boss continuaría durante tres años más. No publicaría nuevo disco, no se metería en el estudio a grabar nuevas canciones. Habría que esperar al año 1998 para que el mercado discográfico volviese a tener un disco suyo en funcionamiento y no con canciones nuevas precisamente, aunque con alguna excepción.
Sería en el año 1998 cuando publicaría “Tracks”, una caja con cuatro cds que contenía canciones descartadas de anteriores trabajos, demos y algunas versiones de sus temas más clásicos que finalmente fueron retocadas al ser incluidas en sus discos. En definitiva, otro recopilatorio más.
El disco tendría bastante buena acogida y unas buenas ventas para tratarse de una caja de nada menos que cuatro cds, aunque se sacaría una edición especial titulada “18 Tracks”, con únicamente 18 de las canciones de este boxset. Algunos de los temas de este recopilatorio adquiriría bastante popularidad y, en algún caso, una gran aceptación.
Uno de esos temas que se haría bastante popular entre los seguidores de Springsteen sería “My Love Will Not Let You Down”, ya que desde ese instantes sería interpretado de manera asidua en cada una de sus giras.
Pero el tema más destacado de este disco sería una balada, de esas mágicas y especiales que Springsteen nos solía regalar, con una preciosa letra y que se convertiría en el tema estelar de este recopilatorio.
Me estoy refiriendo a “Sad Eyes”, una canción que a mí personalmente me encanta y que lograría bastante éxito. La melodía es una preciosidad y viene acompañada de una letra que no se queda atrás. Ya sabéis: “ojos tristes nunca mienten”.
Nos acercábamos al final de la década de los 90 y lo cierto es que en los últimos años Springsteen no parecía encontrar la clave para retomar éxitos pasados. Sería entonces cuando saltaría la sorpresa y …. Y eso os lo cuento en la siguiente edición de “La Graminola”, en la que abordaremos el cuarto capítulo dedicado a la carrera de nuestro grandísimo Boss.
Así que por hoy lo dejamos aquí y en unos días espero que no faltéis a vuestra cita con la buena música.
Hasta la próxima, Graminoleños.
JUAN JOSÉ GOMARIZ