“No me Toques al Tigre” es el grito de guerra con el que Bananas celebra su Brunch. Un sitio más que se une a la tendencia que poco a poco va invadiendo todos los locales de Barcelona los domingos por la mañana, a ese desayuno tardío o esa comida temprana, dependerá de la hora a la que te hayas levantado y si has tomado algo antes de salir de casa. Seguramente esos dos condicionantes también provocarán que la elección de lo que vayas a tomar sea más dulce o más salado.
Fuimos a otro, y, por suerte, nos encontramos con algo mucho más tranquilo. Algo llamemosle “normal” si la idea, claro está, es ir a disfrutar de una comida. Pero aún así tiene el toque diferente como el de un DJ en directo que ameniza la comida sin estorbar, no me resulta agradable ese volumen que te impide mantener una conversación.
Me pudo el bocadillo, aunque una de nosotras si pidió la ensalada y tuve ocasión de hincar el tenedor. Después de probarla se que tampoco hubiera sido mala elección.
No faltan los combinados que tambien son identidad de los brunch. Con o sin alcochol, para acompañar o para acabar con una copa y llevar la comida hacia una sobremesa larga y participar en la parte más festiva que suele celebrarse después.
No es mala opción, aunque llevaba mis reservas por la inauguración oficial, se trató precisamente de eso, de una fiesta que acabó el mismo día. Quiero decir que ir a Bananas a hacer el Brunch es una buena opción donde encontrar un ambiente muy correcto en lo que a comer se refiere. De hecho, el día de nuestra visita era curioso como se mezclaban hipsters, familias con niños o pequeños grupos que disfrutaban cada uno a lo suyo de una buena comida.
Para los que tengáis una lista de pendientes para los domingos, podéis incluirlo. Y si además queréis disfrutar de algo más festivo por las tardes, con más razón aún.