Los escritores que me gustan no suelen ganar premios.Mucho menos premios de auto bombo cuyo objeto es el libro como producto, el libro como estadística.Aunque esté bien empleado el dinero de estos premios, si no fuera en tonterías.Pero aún así.Los escritores que me gustan no suelen escribir uno tras otro artículos que siempre suenan a lo mismo. O sea, a reivindicación feminista de tres al cuarto, a intentona de enarbolar banderas de injusticia, a una serie de cosas que siempre acaban pareciendo, en su esencia, exhibiciones egoístas teñidas de altruísmo e interés por los demás. Cuando no lo son.Cómo mola ir de enrollado por la vida, eh, Lucía? Que sí, que es lo más coherente del mundo apuntarte a esos programas que no ves en canales que no tienes sintonizados, acompañada de gente que dices no conocer, y con el aura que te precede. En el rey de los ciegos, Lucía, entre ignorantes, una escritora repetitiva y de medio pelo como tú va a resultar ser el paradigma. No. Lucía: hasta ahora desde aquí te había ignorado, pero ahora encuentro tu jugada mezquina y desesperada. Tú dirás que no te importa un calificativo y que aceptas el otro. Dirás lo de vencer al enemigo en su casa. Yo puedo aportarte una enorme lista de gente, gente incluso muy indigna en el mundo literario, que eso no lo haría. Ni se lo plantearía. Ni un segundo. A ningún precio.Vergüenza: segunda fase de vergüenza, tras ver el patético espectáculo de Tito y Guardiola recriminándose escalas de grises de la amistad. A un nivel menor, porque me importas mucho menos que mi barcelonismo, vergonzoso es ver a una escritora que se autoproclama eso hundida hasta el cuello en los lodazales de la telebasura. Dinero, sí, nunca en la suficiente cantidad para dejarlo todo. Y lo peor: la posibilidad de que esa experiencia tenga efectos inspiradores, la brecha de dignificación por la que pretendas colarlo con el argumento del todo vale y del escritor de raza. Por favor, que nadie te dé lápiz y papel. No es que vaya a leer lo que escribas: es que me intranquiliza convivir en un planeta donde alguien pretenda escribir de esas experiencias, y donde haya gente interesada en leerlo.