Bucarest es una ciudad que uno debe visitar, al menos una vez. Por muchos motivos, no sólo por que es una ciudad bonita, que lo es. Tampoco porque es una ciudad orgullosa de su cultura y de su historia, que también. Sino porque es una ciudad que te enseña como sí es posible conservar los valores y la esencia de uno mismo a pesar de las dificultades, algo que Bucarest te enseña desde el primer momento que la pisas cuando sales del Aeropuerto de Bucarest.
București, como ellos la llaman, es una ciudad que no puede evitar mostrarte que ha sido, que es y que quiere ser con una descarnada sinceridad. "Fui grande, bonita e importante, me llamaban el París del Este", te cuenta cuando paseas por las principales y anchas avenidas de Bucarest y ves los palacios y palacetes que tenía la burguesía y las familias nobles de toda Europa de mediados del Siglo XIX y principios del Siglo XX. "Sufrí una dictadura comunista férrea", te cuenta cuando ves el edificio del parlamento, "La casa del Pueblo" que construyó Ceaucescu o los bloques de viviendas comunistas que parecen hechos con un molde, todos iguales.
Te invito y animo a que conozcas Bucarest de la mano de la guía que nos la enseñó a nosotros, Dana, ciudadana de Bucarest y amplia conocedora de esta ciudad y de su historia, y que habla un perfecto castellano, por cierto.
La Plaza de la Universidad y las cruces
La Plaza de la Universidad es uno de los lugares más importantes en la historia de Bucarest. Lo llaman plaza de la universidad pero en realidad no es una plaza, es un cruce de avenidas. En este cruce está la universidad de Bucarest y justo en frente de ella, al otro lado de la calle, hay como una especie de plaza o de espacio, esta es la Plaza de la Universidad.
En ella verás cuatro estatuas en honor a cuatro personalidades del mundo de la cultura y de la educación en Rumania. Son Miguel el Valiente, primer rey en tener bajo su mandato a las tres provincias, Valaquia, Transilvania y Moldavia, Ion Heliade Rădulescu, fundador de la academia rumana y defensor de interrumpir la enseñanza en griego, Gheorghe Lazăr, primer profesor en dar clases en rumano y no en griego y Spiru Haret, el matemático más importante en la historia de Rumania y Ministro de Educación.
En esta plaza ocurrieron muchas cosas durante los momentos convulsos de la revolución rumana. Ceaucescu aplastó (literalmente) a los revolucionarios con los tanques, y en memoria de estos y por extensión del resto de muertos durante la revolución se colocaron las cruces. No están en la plaza de las cuatro estatuas sino en una de las isletas del cruce de avenidas.
El Carro de Payasos y el Teatro Nacional
Frente a las cruces, está el Teatro Nacional y el Carro de los payasos. El Teatro Nacional fue construido en el Siglo XIX y frente a sus puertas se encuentra el Carro de los Payasos que es una escultura de hierro fundido en honor a los actores y a la profesión. Tomas el boulevard de la Reina Isabel (bulevardul Regina Elisabeta) bordeando la universidad hasta que llegas a la calle de la Victoria (calea Victoriei), subimos por la calle Victoria hacia la derecha en dirección a la plaza de la Revolución.
La calle Victoria es una de las calles más importantes de Bucarest y está llena de tiendas de lujo, hoteles y cafeterías. Fue una de las calles que la hizo ganarse el apodo de la "pequeña París"
La Plaza de la Revolución
Aquí se encuentra el balcón desde donde Ceaucesco pronunció su último discurso. Todo comenzó en Timisoara y con un sacerdote que expresaba sus opiniones contrarias al régimen abiertamente. El gobierno decidió "apartar" al sacerdote y echarle de su casa. Comenzaron una serie de protestas en defensa del sacerdote que fueron cada vez a más, finalizando con los disturbios de Timisoara.
Ceaucescu estaba en Irán en ese momento. Regresó rápidamente puesto que la situación se complicaba cada vez más. Cuando la situación ya era crítica y con el objetivo de hacer pública una demostración de fuerza organizó un mitin frente a la sede del partido comunista donde hoy está la plaza de la Revolución. Comenzó el discurso y a los 5 minutos se vio interrumpido, y aunque fue capaz de terminar su discurso, la situación no tenía vuelta atrás.
En un acto de desesperación imperdonable, lanzó al ejército contra su propio pueblo, pero el ejército no aceptó y se puso del lado del pueblo. Al día siguiente huyó en helicóptero, pero no llegaron muy lejos y fueron capturados, juzgados y hallados culpables de genocidio y ejecutados.
Los revolucionarios cortaron de las banderas de Rumania el escudo socialista que estaba en el centro de la bandera, en la banda amarilla. Esta bandera se convirtió en el símbolo de la revolución rumana. En la plaza hay un memorial a los caídos durante la revolución rumana de 1989 y también la estatua ecuestre de Carol I.
Iglesia Kretzulescu
Está en la propia plaza de la revolución. Como todas las iglesias ortodoxas, me llama la atención y me parece muy bonita. Está construida en ladrillo rojo.
Ateneo Rumano
El Atenero Rumano es la ópera de Bucarest. Se construyó en el año 1888 y el dinero para su construcción se consiguió a través de una colecta pública cuyo lema era "Dona un centavo por el Ateneo", y lo consiguieron, vaya si lo consiguieron. Para los habitantes de Bucarest, este edificio es el símbolo de la grandeza y esplendor que tuvo la ciudad antaño y que la hizo merecedora de su apodo "El pequeño París".
Por fuera es bonito, pero lo interesante es visitar su interior, con sus escaleras de caracol o su auditorio completamente decorado con frescos. Es una preciosidad.
Bajamos toda la calle Victoria para hacer la visita del Parlamento que es a una hora fija, las once y media y luego volveremos para conocer el casco viejo.
Parlamento. La Casa del Pueblo.
El Parlamento de Bucarest es la obra faraónica que emprendió Ceaucescu y cuyo estreno no pudo disfrutar. Tiene 330.000 metros cuadrados y es el segundo edificio administrativo más grande del mundo después del Pentágono.
Entramos en las oficinas del centro de visitas para hacer la visita guiada correspondiente, duró unas dos horas, de 11:30 a 13:30. Pagas dos entradas, la primera, tu entrada, la segunda, la entrada de la cámara si quieres hacer fotos, sino, te quedas sin hacer fotos. Se lo toman muy en serio la verdad. En las oficinas de la entrada está prohibidísimo hacer fotos.
Yo estaba sentado esperando a que el resto de turistas de la visita entraran y se pensaron que hice una foto. Tuve que enseñarle todas las fotos de mi cámara para demostrarle que no era así. Me sentó a cuerno quemado, como si estuviéramos todavía en un régimen comunista. Este es el único pero que le pongo a toda mi experiencia en Bucarest y en Rumanía.
Una vez iniciada la visita, el guía oficial comienza a relatarnos todos los números importantes del monumento, "Tiene mas de 1000 habitaciones, 2800 lámparas de araña y para construirlo se utilizaron más de 1.000.000 de metros cuadrados de mármol y 1000 toneladas de basalto, 900.000 metros cuadrados de madera...". Mientras escuchaba todos estos grandes números yo no podía pensar que Ceaucescu estaba construyendo este monstruo mientras su gente se moría de hambre.
Es precioso por dentro, no te lo voy a negar, salones gigantescos de mármol, con columnas y sin ellas, con escaleras preciosas, con cortinas que son tan grandes que cada cortina pesa 500 kg y la tienen que descolgar para limpiarla con grúa, con enormes lámparas de araña donde para cambiar las bombillas se tienen que meter dentro de ellas por el techo. Pero sigo sin dejar de preguntarme si de verdad era necesario en aquel momento, además. Juzga por ti mismo con las fotos que te dejo.
Catedral Ortodoxa
Bajamos por el Boulevard de la Unión (el que se ve desde el balcón de la foto) y llegamos a una rotonda gigantesca, es la plaza de la Unión. De esta plaza sale la calle Aleea Dealul Metropoliei que sube a una de las pocas y pequeñas colinas de bucarest y en lo alto de esta colina está la Catedral Ortodoxa Rumana y el Palacio del Patriarcado. En la iglesia ortodoxa cada país tiene a su propio patriarca que es la máxima autoridad eclesial.
En Rumanía vive en Bucarest, en el palacio patriarcal y la catedral que hay en este lugar es la iglesia ortodoxa más importante de Rumanía. Cuando se entra hay que ser muy respetuoso porque normalmente hay personas rezando. Si quieres hacer fotos, pide permiso primero, a nosotros siempre nos dejaron y no nos pusieron pegas.
Museo Nacional de Historia. La columna de Trajano. Tesoro de la clueca con los pollos de oro.
Aquí fue donde aprendimos que el pueblo rumano proviene del pueblo Dacio y que la antigua provincia de Dacia fue lo que es hoy Rumanía y Moldavia. Fue un pueblo difícil de conquistar y cuando por fin el emperador Trajano conquistó el pueblo Dacio en el año 107 levantó en Roma la famosa Columna de Trajano para relatar al pueblo romano como se había llevado a cabo la gesta.
Cuando nosotros estuvimos en Roma, por supuesto, visitamos la columna de Trajano que está muy cerquita de la Piazza Venezia, pero es verdad que sólo puedes disfrutar bien de las metopas que hay en la parte inferior y no de las que están mas arriba. Pues en el museo de historia de Bucarest tienen una reproducción a tamaño real de todas y cada una de las metopas de la Columna de Trajano, pero en lugar de tenerlas montadas como una columna las tienen todas expuestas y puedes disfrutarlas a la altura de los ojos.
En el piso inferior pudimos visitar los tesoros encontrados en las diferentes excavaciones arqueológicas en Rumanía y también los tesoros reales. Destaca la clueca con los pollos de oro que es del Siglo IV.
Las Ruinas del Castillo de Vlad Tepes.
Es un buen punto de partida para comenzar la visita por el casco viejo. Al otro lado de la plaza de la Unión (Parcul Unirii) está el casco antiguo de Bucarest, y en la Strada Franceză está el Palatul Voievodal Curtea Veche, o en cristiano, el Palacio del Principado y Vieja Corte. Otra de las cosas que aprendimos es que el fundador de Bucarest fue Vlad Tepes y éste fue su palacio.
Fue el primer palacio de Bucarest y lo construyó Mircea el Viejo entre los años 1886 y 1418 y en realidad era una fortaleza. Se ubicó allí por su situación estratégica en la ribera del Dambovita. Aquí están las ruinas o lo que queda de él. Frente a las ruinas del palacio hay una estatua de Vlad Tepes, también aprendimos que no hay cuadros de Vlad Tepes salvo uno, que está en el Castillo de Ambras o Schloss Ambras en Innsbruck, Alemania.
Hostal Manuc. Hanul lui Manuc
Está en la propia Strada Franceză un poco más adelante y fue construido entre 1804 y 1808 por un comerciante armenio adinerado. Ha mantenido su identidad y cuando lo visitas te da la sensación de ir 200 años atrás en el tiempo.
En la entrada todavía conserva los adoquines de madera en lugar de piedra que se utilizaban entonces. Es muy conocido en la ciudad ya que en 1812 fue aquí donde tuvieron lugar las negociaciones para el final de la guerra ruso-turca. Hoy en día es un hotel y restaurante.
Iglesia de San Antonio
Justo frente al hostal está la Iglesia ortodoxa de San Antonio que formaba parte de la Corte Vieja o Curtea Veche. Fue construida por Mircea Ciobanul en 1559, el mismo arquitecto que rediseñó el Palacio Curtea Veche para Vlad Tepes. Esta iglesia tiene la particularidad de ser el edificio religioso más antiguo que se mantiene con su aspecto original, sin cambios.
Casco Antiguo
Volviendo sobre nuestros pasos llegamos a la calle Selari que hace una especie de "uve" con la calle Smardan. Este es el casco viejo de Bucarest y además es la zona de marcha y de copas. Puedes pasear tranquilamente durante el día. Durante la noche los locales encienden sus luces y la zona se llena de gente joven para tomar algo.
Iglesia Stavropoleos
Está en la calle Stavropoleos. Es según los propios habitantes de bucarest, la iglesia más bonita de Bucarest. Es pequeñita pero la verdad que ya según te acercas ves que el exterior es muy bonito y la iglesia está muy bien decorada. Formó parte de un monasterio que ya no existe como tal, queda una librería y una sala de conferencias. En la librería hay mas de 8000 ejemplares, todos ellos antigüedades.
Otra cosa que aprendimos es que en las iglesias ortodoxas verás pinturas, pero nunca esculturas. La calle Stavropoleos termina en la avenida victoria que es a donde nos dirigimos, dejarás a tu derecha el Caru cu bere, luego volveremos. En frente tienes el palacio CEC.
Palacio CEC. Banco Nacional de Ahorros
Al final de la calle Stavropoleos está el Palacio CEC que hoy en día es la sede del Banco de Ahorros Nacional. Es un precioso edificio aunque no se puede entrar en él. Ya no está abierto al público aunque se alquila para ocasiones especiales.
Caru Cu Bere
Caru Cu Bere es seguramente el restaurante más conocido de Bucarest y es además un monumento en sí mismo. Fue durante muchos años el lugar de reunión de intelectuales y pensadores. Su estilo de decoración es muy particular y te da la sensación de que estuvieras en un monasterio o algo por el estilo. Este es el lugar para cenar si sólo vas a estar una noche en Bucarest. Luego te puedes ir a tomar una copa a la calle Smardan o la calle Selari.
Parcul Herăstrău
Es el parque más grande de Bucarest, y en el está la cervecería mas grande de Bucarest. El parque tiene unas 110 hectáreas y fué construido en el año 1936. Tiene embarcaderos para poder dar un paseo por el río que parece más un lago, la verdad. También puedes tomar algo en las cafeterías como el Hard Rock Café o el H. Beraria que debe tener como 10.000 metros cuadrados y es una cervecería.
Museo de la Aldea
El Museo del Campesino es un museo al aire libre que está en el parque Herăstrău, es enorme, como el parque, y hasta el se han transportado las casas representativas de los diferentes estilos y lugares de Rumanía, desde la casa típica de transilvania, hasta casas de la región de Maramures o de Valaquia. Fue creado en 1936 por la Escuela Sociológica Rumana. Cubre 15 hectáreas y tiene más de 300 casas. Es el mayor museo al aire libre de Europa.
Espero que te sirva de ayuda este artículo en tu próxima visita a Bucarest.
Si quieres contactar con Dana, la guía que nos atendió a nosotros, lo puedes hacer en su teléfono móvil: +40 722 892 869 o a su email danarumania@hotmail.com