El caso es que todo ésto comenzó en Bali, en una zona llamada Tulambén, donde descubrí que había un pecio de la segunda guerra mundial, americano, hundido por los japoneses, que ponían muy bien porque estaba muy cerca de la costa, a poca profundidad y lleno de vida marina. Me puse en contacto con una chica española que tenía un centro de buceo allí y quedamos para una de las mañanas que estábamos en la isla.
Cuando haces un bautismo, en teoría tienen que darte unas horas de formación teórica, unos ejercicios prácticos y luego ya las inmersiones. Sin embargo, en el sudeste asiático todo es un poco más difuso, y tras una charla informativa y unos ejercicios en la orilla hicimos la primera inmersión. La parte buena es que como no sabes nada no tienes miedo. La parte mala, que como no sabes apenas nada si hay cualquier problema tienes que confiar que el instructor esté pendiente de tí y lo solucione ahí abajo.
Bueno, el caso es que no hubo problema alguno y verme bajo el agua fue una de las cosas más increíbles que me han pasado. La paz, los colores, la sensación de ingravidez, el sonido de tu respiración...Fue lo más parecido que puedo imaginar a estar en otro planeta, y salí de allí con un subidón tremendo y unas ganas tremendas de volverme a meter.
En la segunda inmersión incluso nos metimos por dentro del barco, en las partes más anchas, y me terminé de enamorar del buceo.
Hacer el curso ha sido un antes y un después, la formación teórica dura días y tienes que hacer un examen. Las prácticas en piscina son también varios días, y después en un fin de semana en mar se hacen otras cuatro inmersiones, de forma que te hace sentir confiado y capaz de reaccionar ante un eventual problema. Aprendes a controlar la flotabilidad con la propia respiración y a no parecer un pato mareado (o una foca borracha) ahí debajo. Aprendes cómo compartir aire con los compañeros y cómo actuar si eres tú el que se queda sin aire, así como a revisar tú mismo tu propio equipo y asegurarte de que está todo en orden.
Nuestra cámara era muy mala y hay pocas imágenes que merezcan la pena, así que me he tomado y la libertad de buscar en la red un par de imágenes del barco para que os hagáis una idea de lo chulo que es.