Además del engaño interactivo de Lost, de proporciones gigantescas, otro ejemplo de mala resolución de una serie es Prison break. Sí: suena añeja Prison break, con su original planteamiento y esa trama heroica y fraternal que luego sufría pequeños retoques, en su primera temporada, pero siempre encaminados a la brillantez y a una resolución mayestática. Pero estropeada al repetir el esquema en sus temporadas subsecuentes hasta la saciedad. Solo que las prisiones estaban en un sitio en vez de otro, los internos eran más malvados, y los funcionarios corruptos a otros niveles. Hasta llegar a una temporada final que no podría tener otro calificativo que parodia de sí misma.
No: no tengo demadiado miedo de que pase lo mismo con Homeland, porque no creo que se puedan bajar tantos escalones de golpe. Pero sí que tengo sensación de que la elección ha sido algo forzada por la necesidad de rearrancar de forma creíble algo perfecto en su primera vez, y, claro, la lógica conveniencia de no abandonar así como así una idea de gran éxito y, a priori, enorme potencial. Así que tenemos otra vez a Carrie ataviada con un pañuelo en Oriente Medio: citándose en condiciones extremas y exponiendo al peligro sus dos integridades: la física y la psíquica. La tenemos en unas condiciones precarias y frágiles, pero está ahí.Mientras Brody se reclina en el confortable respaldo del mullido asiento de su despacho.O no.