Budismo y nacionalismo en Sri Lanka (y 7)

Publicado el 09 julio 2014 por Tiburciosamsa

La Constitución de 1978, que es la actualmente vigente, no llegó a otorgar al budismo el estatus de religión oficial, pero poco le faltó. El art. 9 dice: “La República de Sri Lanka dará al budismo un lugar preeminente y en consecuencia será deber del Estado proteger y promover proteger la religión budista, al tiempo que garantiza a todas las religiones los derechos comprendidos en los arts. 10 y 14.” Hay que reconocer que los derechos religiosos de ambos artículos son muy amplios y puede decirse que en Sri Lanka hay efectivamente libertad religiosa. La Constitución precedente, la de 1972, no incluía ninguna cláusula de un tenor semejante. Aun así, hay fundamentalistas a los que les parece insuficiente y que han tratado de enmendar la Constitución para hacer del budismo la religión oficial del Estado y prohibir la apostasía de los budistas, mientras que las conversiones de miembros de otras religiones estarían permitidas.

Desde la segunda mitad de los 70, había aparecido una insurgencia tamil y en el norte del país existia un conflicto larvado. En 1983 los insurgentes tamiles emboscaron y mataron a 13 soldados cingaleses. El gobierno del Presidente Jayawardene manejó el incidente de tal manera que provocó un pogrom anti-tamil en Colombo en el que fueron asesinados varios miles de cingaleses. Entre los exaltados que apalearon, apuñalaron y quemaron vivos a los tamiles, no faltaron los monjes, a menudo incitando y a veces incluso participando activamente, aunque se trató de iniciativas individuales, no de una política deliberada de la sangha.En todo caso, durante los ochenta la politización de los monjes se incrementó. Ya no era sólo que defendieran la supremacía del budismo en Sri Lanka. Era que querían meter la cuchara en casi todas las cuestiones candentes. Se opusieron al Libro Blanco sobre la Educación y al Acuerdo de Paz Indo-Srilankés. Criticaron el consumismo, la importación de hábitos occidentales, el turismo, las zonas de libre comercio… De una manera que recuerda a la de los fundamentalistas islámicos, querían retrasar el reloj de la Historia unos dos mil años. Un problema para los políticos laicos es que el budismo está entretejido en el entramado social y no se puede hacer política en el país sin mirar de reojo a los monjes para ver si asienten con la cabeza. Eso ya sería complicado de por sí. Lo peor es que la sangha está dividida en tres sectas según divisiones de casta y los políticos no se tienen que ganar a un único Rouco Valera, sino a tres Roucos.Y ya para rematar hubo monjes que se dieron cuenta de que había que aleccionar a las nuevas generaciones. Al igual que los jesuitas cuatrocientos años antes, habían comprendido que cuando mejor se adoctrina a las personas es en su juventud. El más representativo fue Gangodawila Soma Thera, que se fijó como objetivo en la vida formar a los jovenes en el Dharma. Creó una especie de boy scouts en budista, el Tharunu Saviya (“La fuerza de la juventud”). Gangodawila, que era muy telegénico y se explicaba muy bien, dejó tras de sí la idea de que los monjes todavía podían ir un poco más lejos en su implicación política. De hecho llegó a tener ambiciones presidenciales y cuanto más ambicioso se volvía más desbarraba. En sus ultimos tiempos, poco antes de su muerte, equiparaba a los insurgentes tamiles con los misioneros cristianos (que sí, que los misioneros cristianos pueden dar un poco la brasa, pero no acostumbran a ir poniendo bombas). Esta idea del monje-político fructificaría en el Jathika Hela Urumaya, del que hablaré luego. Para comprender el estado de ánimo que todo esto tuvo sobre los budistas cingaleses y cómo respiran, creo que nada mejor que este texto de Daya Hewapathirane, Director y Presidente del Foro Canadiense para la Conservación de la Herencia Cultural Cingalesa:Sri Lanka está asistiendo al inicio de un movimiento de restauración. Es un movimiento para revivir el nacionalismo cultural con un liderazgo firme proporcionado por un grupo de monjes budistas excepcionales, para salvar el país de la desintegración, para detener la rápida erosión de los valores sociales y  dirigir a la sociedad a su rejuvenecimiento cultural basado en los valores budistas tradicionales y para reconstruir una cultura política deseable que acomode a toda la gente de nuestro país.”
Hoy la religión puede ser protegida principalmente (aunque no exclusivamente) por bhikkus que han hecho voluntariamente la opción de adoptar una postura política pública en temas relativos al budismo y a la cultura budista. Por sí mismos, como protagonistas del “budismo politico”, son una espina clavada en la carne de los budistas cientíticos, los académicos budistas nativos, los facilitadores del diálogo interreligiosa, los especialistas en resolución de conflictos, los monitores de la paz y otros profesionales de la industria de los derechos humanos y étnicos.”Hay suficientes cosas en este texto que me ponen los pelos como escarpias. La mezcla de religión y acción política. La promoción de que los monjes se entrometan en política. A mí con la experiencia del cardenal Rouco en España me basta. El deseo de construir una cultura de pensamiento único, porque la cultura cingalesa es mucho más que el budismo tneravada, aunque éste haya jugado un papel importantísimo en su Historia. Y ya puestos a ser excluyentes, cabe incluso denigrar un poquito a aquéllos que defienden modalidades distintas de budismo de la que le gusta a Hewapathirane.Desde finales de los 90 la presencia del budismo en la vida social no ha hecho sino crecer. Todos los actos estatales deben rodearse ahora de ceremonias budistas y en 2007 se creó una cadena de televisión budista. Tener buenos contactos con monjes prominentes se ha convertido en un “must” para los políticos con ganas de hacer carrera. El siguiente paso inevitable en esta carrera hacia el absurdo es que los monjes no sólo se dejasen querer por los políticos, sino que ellos mismos hiciesen política directamente, sin intermediarios. Un primer paso lo dio en diciembre de 2001 el monje Baddegama Samitha, quien fue elegido diputado por el Lanka Sama Samaja party. Ser diputado por un partido laico tiene su gracia, pero lo fetén es tener un partido monacal. Ese paso lo dió la aparición en 2004 del Jathika Hela Urumaya (JHU), cuyos líderes son monjes budistas y que presentó en sus listas para las elecciones de ese año nada más que a monjes. Pensemos en un partido que en España presentase a un sacerdote ejerciente en sus listas y la que se armaría… El JHU conquistó 9 escaños y se dedicó a llevar a cabo una de esas políticas que hacen amigos: proyecto de ley que prohibe las conversiones no-éticas (es decir cuando alguien de mi religión se convierte a la de otro; cuando son los otros los que se convierten a la mía está más que bien); lanzar una campaña de firmas para pedir que el Secretario General de NNUU designe una comisión para que investigue las violaciones de los DDHH de EEUU (no digo que no las hayan cometido y que no esté bien que se investigue, pero ¿para qué irse tan lejos cuando tenían a dos pasos de casa las violaciones de DDHH que se estaban cometiendo contra los tamiles?); prohibición del tabaco y del alcohol; prohibición del sacrificio del ganado (mira por dónde va a estar más considerado que los tamiles).¿Suena tremendo lo del JHU? Pues bien, en 2012 varios monjes formaron el Bodu Bala Sena (BBS), porque los del JHU les parecían unas nenazas. Los del BBS se han pasado tantos pueblos que incluso ha habido representantes del clero budista que han intervenido para explicar que los muchachos del BBS no representan el punto de vista de la mayoría de los budistas del país. Y con el BBS termino esta entrada donde espero haber demostrado algunas cosas. La primera es que el nacionalismo es tan poderoso que no hay ninguna religión, ni tan siquiera una que parece tan irénica como el budismo, que le sea inmune. La segunda que en el nacionalismo siempre hay otro que te puede adelantar por la derecha. Si Anagarika Dharmapala era un pelín racista, vino Walpola Rahula que lo hizo bueno y aún fue un niño de teta comparado con Gangodawila Soma Thera, quien tal vez habría encontrado un poco excesivos a los muchachos del BBS.

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Hoy doy vacaciones al blog hasta el 23 de agosto.
Me esperan unos días curiosos. Tengo un amigo íntimo que está a punto de ingresar en la Comunidad del Anillo y otro que está a punto de dejarla. El primero se casa con una asiática y al país de ella iremos sus amigos a arroparle y a celebrarlo con una buena farra. Al segundo le prestaré mi hombro y mi ayuda y cuando necesite ánimos nos conrreremos una buena farra. Conclusión: no hay ninguna situación en la vida que no pueda arreglarse con una buena farra.