Curioso caso el de este pajarín. Se trata, a diferencia de su pariente la tarabilla europea, de un migrante transahariano que pasa el invierno en toda la franja al sur del Sahara. Su zona de cría abarca gran parte del continente europeo y gran parte de Asia, siendo fundamentalmente un tazón eurosiberiano. Sin embargo en la Península Ibérica se distribuye sobre todo por la zona mediterránea, especialmente la mitad sur de la Cordillera Cantábrica y la meseta norte.
Como ocurre con otros migrantes transaharianos, como el papamoscas cerrojillo, la zona cantábrica es una zona de parada obligada para muchas tarabillas norteñas, que se alimentan activamente para ganar peso y poder afrontar la siguiente etapa del viaje. Todas las que yo observo tienen una especial preferencia por las alambradas y cercados, en los cuales permanecen posados bastante rato oteando los campos vecinos a la busca de insectos. Es un pajarín precioso que en Asturias prácticamente sólo podemos observar un mes al año.