Perdido su referéndum, Alex Salmond azuza los independentistas escoceses contra los partidarios del Reino Unido, acusando como traidores antipatriotas a los viejos, las clases medias y los habitantes de las mayores ciudades.
Está creando tensiones en las que aparecen ya menciones a un levantamiento civil.
Terrible: siempre es igual, y Salmond se hermana con Artur Mas, que también ha advertido que puede haber violencia en Cataluña si no se celebra el referéndum que exige sin base legal alguna.
Porque España es un Estado unitario y Escocia parte de una unión voluntaria de cuatro países diferentes, con Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte. Por eso se llama United Kingdom.
Los separatistas catalanes, entre tanto, están lanzándose a las calles. Cantan Els segadors, himno que llama a cortar cabezas: Cataluña, triunfante, ¡volverá a ser rica y plena! ¡Atrás esta gente tan ufana y tan soberbia! Bon cop de falç! ¡Buen golpe de hoz, defensores de la tierra!
Un himno que en tiempos actuales recuerda el yihadismo del Estado Islámico. Los constitucionalistas carecen de una letra guerrera. Sólo tararean chunda, chunda.
Desde el siglo XVIII nadie logró que calara un texto aceptable, aunque hubo muchos intentos. El último, una letra exaltadora de la libertad, no de la guerra, de cuatro magníficos poetas, andaluz, catalán, gallego y vasco.
Muchos ciudadanos comienzan a irritarse con los independentistas. No por patriotismo, sino porque España es una sociedad de socorros mutuos: es responsable de la seguridad social, las escuelas, las pensiones, la seguridad o la defensa, y más ahora ante la yihad.
Romperla pone en peligro a los 47 millones de españoles, 7,6 millones de catalanes incluidos.
Los separatistas reclaman cortar cabezas como quienes hacer recordar algunos sospechosos habituales también independentistas, mientras pierden inversiones que antes iban a Cataluña lo que daña a todos, a ellos primero.
Ojalá nadie salga a enfrentárseles creando o recuperando terribles canciones guerreras.
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SALAS
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Independentistas catalanes