Pero es que además, aunque al principio observé dos aves descansando en los bloques, luego despertaron, echaron a volar y empecé a sumar ejemplares, hasta un total de nueve, que no está nada mal. Es el mayor grupo que tengo visto en Luanco.
Siempre es una gozada ver a este pajarín, tan manso, tan bonito y alimentándose de esa manera tan peculiar, en el límite de la marea, casi escalando en ocasiones por piedras prácticamente verticales.
Aquí se puede ver una foto del bando casi completo
Y aquí un vídeo para que veáis cómo se alimenta.