Nadie nos castiga ni nos juzga, somos nosotros mismos, nuestro ser. No hay un Dios justiciero que esté apuntando nuestros actos. Nuestro ser viene a la tierra con un alma que servirá de “termómetro”, haciendo que nos sintamos mejor o peor para indicarnos si vamos bien o mal y tendremos muchas oportunidades o pruebas para solucionarlo.
Buen karma y mal karma, lo que vamos acumulando en la vida con nuestras acciones.
Buen karma: son los pensamientos y emociones que nos llevan a actuar de forma correcta, buena, hacia uno mismo y los demás. Mal karma: pensamientos, emociones y actuaciones malas para uno mismo y los demás. El karma se acumula en el alma, tanto uno como otro por el principio de acción-reacción o causa-efecto, ley de atracción. ¿Por qué tanto miedo al karma?.
Buen karma y mal karma
Buen karma: ese es el que nos conviene acumular, a través de actuar correctamente con uno mismo, con los demás; la naturaleza, animales, etc, con todo y todos. Por supuesto el mal karma es todo lo contrario, son las malas actuaciones, formas erróneas de proceder. Todo lo que hacemos, pensamos, sentimos, como obramos con los demás y lo que nos rodea; con la tierra, naturaleza, animales, Todo, como digo, queda grabado por el subconsciente y guardado en los archivos akásicos.
Vida tras vida vas llenando el archivo de tu alma, hasta la más mínima cosa, aunque no creas que tenga importancia, está ahí. Por el principio de causa-efecto, todo lo que hagas, como actúes, volverá a ti y tendrá sus consecuencias. Si actúas bien con los demás, recibirás lo mismo. La energía que somos, será positiva y como ésta se expande y proyecta, los demás captarán lo que tú trasmites, el resultado será que actuarán de la misma forma contigo porque es lo que atraes. De la ley causa-efecto no escapamos nadie, es como la ley de gravedad. Si tus sentimientos son de odio y venganza ¿que piensas que habrá en tu vida, amor, armonía y felicidad? Está claro que no, habrá personas como tú, actuando de la misma forma y atrayendo situaciones iguales.
Tras la muerte
Cuando morimos, quien nos juzga somos nosotros mismos, saldrá el buen karma y mal karma, si hemos hecho el bien o esparcido “caca” a nuestro paso por la vida. Allí, en la revisión, te das cuenta de todo y pasas al plano astral con tu vibración -mas alta o más baja- correspondiente, si tienes vibración 1, te vas al nivel 1, si tienes 7, te vas al 7. Allí se limpia, deshace y quema -si quieres, según tu libre albedrío- todo el mal karma que has acumulado de esa vida, o puedes elegir volver y “repetir curso” exactamente igual si no has aprendido la lección. Tenemos que experimentar la totalidad de la vida, TODO, para que el espíritu evolucione hasta poder quedarse en casa. Cuanto más karma o acciones buenas acumules antes te quedarás.
No nos damos cuenta de la importancia de trabajar nuestro interior, conocernos a nosotros mismos y crecer espiritualmente y como persona. El trabajo que hagamos aquí y las cosas dañinas de las que nos podamos desprender en la tierra, es trabajo que ya tenemos hecho para siempre. Aquí nos sentiremos más felices, y cuando hayamos muerto nos iremos con bastante menos peso en la maleta. Si nuestro espíritu decide volver ya será a otro nivel, tenemos que ir superando obstáculos.
El karma es la causa primera de por qué estamos aquí, y tenemos que solucionarlo para nuestra evolución. Karma significa acción.