Entre ellos había un buen grupo de una especie que no había aparecido hasta ahora en el blog, la curruca zarcera Sylvia communis, un total de 6 ejemplares, la mayoría de ellos juveniles del año.
Sólo localicé un adulto, que se movía entre los arbustos como es habitual en esta curruca, bastante escondediza.
También pude ver varios ejemplares de una especie típica en esta época, el papamoscas cerrojillo, Ficedula hypoleuca.
Un juvenil de colirrojo real Phoenicurus phoenicurus, especie que siempre presta ver en esta época por lo escasa que resulta.
Y los primeros ejemplares de mosquitero musical Phylloscopus trochilus, la más numerosa de entre los paseriformes transaharianos en paso postnupcial.