Buena estrategia y mala ejecución ó mala estrategia y buena ejecución, ¿qué prefieres?

Publicado el 06 septiembre 2014 por Marketing News Marketing News @Marketingn
05 Sep, 2014 by Carlos Miranda Imprimir este artículo Font size -16+

Estoy seguro que tu primer pensamiento fue muy “obvio”, pues lo mejor es Buena Estrategia y Buena Ejecución (B.E.B.E). Pero si tienes eso en tu empresa, no estarías leyendo esta nota, porque la potencia de una B.E.B.E es irrefutable y extensamente conocida.

La pregunta es si tienes que opta por alguna razón, cuál genera el “mejor” pronóstico de resultados.  Luego de 20 años en la industria de la “creación de estrategias y aseguramiento de la puesta en práctica (flawlessly execution) puedo garantizarte que, ante una opción obligada, prefiero una Mala Estrategia con Buena Ejecución.

Si claro, tienes razón, te debo una explicación o por lo menos una “justificación” y aquí la tienes.

Una buena estrategia, con mala ejecución es simplemente como “una piscina sin agua”.  No sirve para nada. Solo Power Point y papel.  Inocua.  Con un elemento aun mas pernicioso.  La organización nunca sabrá a ciencia cierta, si los resultados generados o mejor dicho no generados,  por la “buena” estrategia, son producto de la estrategia o la mala ejecución.  Así que estamos como “ayer”.  Se invirtió tiempo, recursos, ideas y “ni un paso adelante”.

Sin embargo, una mala estrategia bien ejecutada, por rudo que suene, genera resultados ya sean buenos o malos, pero seguramente medibles, cuantificables y accionables.  Además mantiene a la organización “alineada” y “enfocada” detrás de esa estrategia y con la opción de poder realizar ajustes en el diseño que mejoren los resultados.

El modelo B.E.B.E, tiene la bondad de poder  ser accionado en cualquier área de negocios, en vista que es una base metodología para asegurar “la puesta en escena” del “guión creado”, derivando en la capacidad de poder observar los resultados y medirlos.  Especialmente, en fuerzas de venta grandes, con coberturas nacionales, tanto en consumo masivo como en venta directa, la B.E.B.E tiene la riqueza de permitir “benchmarks” legítimos para ajustes oportunos.

Pero si tu organización no tiene una B.E.B.E, pues es mejor que siempre asegure la ejecución, así sea, de una mala estrategia para poder avanzar.  Y en el siglo XXI, el que no avanza retrocede… Y el retroceso es a la velocidad de la luz.