¡Dentro de dos meses y medio romperemos España desgajándonos de ella!, gritan por múltiples bocinas los separatistas catalanes, pero para su desesperación nadie los escucha fuera de España.
Mientras, crece el prestigio internacional del país según los baremos que lo miden y que atrae crecimiento, inversión y riqueza.
El secesionismo tampoco influye en la vida española fuera de Cataluña, en la bolsa, en los mercados internacionales, las importaciones y exportaciones, el turismo, en la política exterior, o en la UE, que solo recuerda que quien se separe dejará al club europeo: advertencia a Puigdemont y a sus molestos e irritantes cláxones.
Hace cinco años se creó un organismo llamado “Marca España” (marcaespaña.es) formado por entidades públicas y privadas para mejorar y difundir la imagen de España exteriormente como conjunto económico, social, histórico y cultural
Desde entonces, y coincidiendo con la mejora económica plasmada en el crecimiento, en las exportaciones o el turismo, España subió en las clasificaciones internacionales que miden el prestigio, tanto de país como de sus bienes y ofertas, e incluso sus ciudadanos.
Como ejemplo está el último y reconocido informe Country RepTrak, del Reputation Institute, que estudia la notoriedad de los 55 países con mayor PIB del mundo: España aparece como decimotercero, por delante de Gran Bretaña, Alemania, Francia e Italia.
El baremo hace balance, aparte de los valores económicos, del aprecio internacional al país, de su atractivo, que es un intangible; desde hace un año España subió cuatro puestos, situación que aporta a la economía 37.224 millones de euros.
Los expertos en imagen aseguran que la visita de los reyes Felipe VI y Letizia al Reino Unido y su próxima agenda internacional contribuirán a esta creciente mejora de la percepción de España.
Los españoles deberían apreciar este progreso.
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SALAS