Bien es cierto que llevamos tres semanas de movilizaciones constantes entorno al movimiento ciudadano que se congrega en las plazas, movimiento con claros tintes de presencia de la izquierda, basta con leer las propuestas que han ido saliendo hasta el momento para darnos cuenta del profundo calado social y de reparto de la riqueza que impera en cada punto.
Desde mi modesta opinión aun podría irse más alla, pues aunque esté de acuerdo en todas y cada una de las propuestas que se plantean, el verdadero problema, el autentico mal, la enfermedad que produce los sintomas del paro, de la falta de vivienda, de la precaria democracia, de la corrupción, de las privatizaciones, de los privilegios a los especuladores, etc, es el propio sistema capitalista.
Un sistema que se basa en la explotación del hombre por el hombre, un sistema donde las fuentes de riqueza están en manos de unos pocos, un sistema donde el beneficio de la riqueza generada repercute en un ínfimo número de personas, cuando lo realmente justo y acorde a nuestros tiempos, es que el avance y la riqueza generada repercuta en el conjunto de la sociedad para eliminar las desigualdades, desigualdades entre los territorios, pero también entre las personas. Por tanto seguimos divididos en clases, los que luchan por salir de la pobreza y los que aspiran a ser aun más ricos.
Lamentablemente para revertir esta situación haría falta por ejemplo una reforma agraria que diera tierra a los miles de jornaleros que deambulan de cortijo en cortijo sin un futuro, y más cuando existen grandes extenciones de tierra que no se cultivan y donde la propiedad de la tierra, este suelo que pisamos y que es de todos, pertenece a unos pocos terratenientes. De ahí que lamento la falta de propuestas en este sentido, la tierra debe ser colectivizada, eliminando la propiedad de la tierra para las explotaciones agrarias, tierras que deberán ser del municipio pero que cedería su uso a los vecinos del pueblo. Esperemos seguir avanzando por esta linea.
En la próxima entrada seguiremos con la reflexión sobre la escasa repercución que tendrán las propuestas presentadas, aun cuando todas ellas sean aceptadas, pues el verdadero culpable, la enfermedad seguirá patente y dentro de otros pocos de años tendremos que salir a las plazas nuevamente. Algo de lo que me alegro es sin duda, que ahora existen numerosas conversaciones sobre política, el que y el como debe hacerse, debate, reflexión que nos había sido arrebatada durante muchos años.