Buenas tardes: Jaroslav Seifert: 2 poemas:

Publicado el 05 marzo 2015 por David David González

¡Qué difícil me fue
                  abandonar para siempre
los muros amados! Hubo momentos
en los que pensé que no podía vivir
sin sus sombras, que en tanto superan
a nuestra breve vida.
La rosa de los vientos ya no invita
                 a lejanías extrañas
y sus destellos tal vez para mí se han extinguido.
                 Y los árboles verdes
con raíces ampliamente agarradas
van al mismo paso que yo.
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Una vez fui corriendo detrás de mi padrea una concentración popular.               Allí se oía otra canción:No habrá ni reyes ni emperadores,¡y romped las cadenas!
Hubiera querido romperlaspero entonces aún no sentía su pesoy tan sólo me gustabanel gorro frigio,los tambores y sus correasy los harapos de la bandera deshilachada a tiros.
Y al día siguiente corrí hacia el castillo presidencialpor las escaleras más hermosas del mundoy, emocionado, contemplé la ciudad.De tener un laúd y saber tocarlo,en aquella ocasión me hubiera puesto enseguida a cantar,mientras con el azul del cieloy las sonrisas,                que no me pertenecía,tejía mis deseos. Eran juvenilesy hacían reír.
Luego, lo borré todoy empezó lo mismo de nuevo.Por dónde vagué,                ya no lo recuerdo,pero un momento me vuelve siempre ante los ojos:
Por la puerta entreabierta vi una sala donde se bailaba.Las cortinas de las ventanas eran solemnesy era como ver a la juventud bajo palio.Muchachas vestidas de blanco, muchachas vestidas de rosay bailarines en negro traje de etiquetagiraban alrededor de hermosos presentimientos.
Un hechizo así puede hasta cortar la respiración.Y luego alguien de golpe cerró la puerta.
Jaroslav Seifert en Breve antología (Ediciones Hiperión, 1984).
Traducción de Clara Janés.

Aprovecho este post para recordarte, si estás por León, que esta noche se presenta Regresiones, de Vicente Muñoz Álvarez: