Y me han dao la razón. Casi siempre me la han dao. Como cuando querían que cantara en Moguer. Si me acordaré yo. Nos contratan pá cantar en una peña y me dicen que la gente pagará un precio de risa. Y luego les ponen 400 pesetas de entrá y venden 800 pases. Pues yo no canté. Y eso que me querían triplicar lo que me pagaban. Pero ya no es una cuestión de dinero, es una cuestión de dignidad. Y eso se tiene o no se tiene. Y ellos no la tenían, pero yo sí. Me revienta que intenten engañarme con una rama de olivo, como a los borregos. Yo allí no cantaba por ningún precio. Pero me llevaron al juzgao. Y allí me dieron la razón. Aunque los hijos de mala madre llamaron a toas las peñas pá decirles que no contrataran al Cabrero. Como si hubiera sido culpa mía. Que yo no les engañé, que fueron ellos a mí.
Eduardo Izquierdo en Debo ser muy buena presa cuando tengo tantas escopetas apuntándome (Ediciones Lupercalia, 2º edición, mayo 2014).