PISCIS
Un edificio en construcción,
cuántas veces hicimos el amor
sintiendo la mezcla de la cal en el cemento.
El batacazo de la masa granulosa
tintinaba en mi interior como pulgar en una campana,
coz dada con la mano contra un jarro de vidrio.
Tu vaivén continuaba sobre mí
recordándome el ingenio
de azúcar en reposo
la noria con cangilones
el grano molido.
Oía toser a un viejo albañil
cuando por fin descansabas.
Tu peso acostado
detrás de mi espalda
sonaba en la hojalata del plato
o en el metal del vaso
los arreglos tardíos de la fiambrera manchada
por grasas que la uña
ya no logra arrancar.
Rápidos subíamos hasta el terrado,
juntos nos sentábamos,
columnas partidas tapizaban el suelo.
Enfrente veíamos el mar de repente bronco,
populoso y lento
desvaneciéndose en barcos, sirenas, grúas,
chimeneas listadas, gaviotas alrededor,
la mirada cansada, sintiéndome húmeda
oía en los dientes el pálpito de tu sangre.
El olor que rezumas formaba por encima
de nosotros un dosel,
mansa caía la tarde azulada.
Al fondo la iglesia y sus minaretes,
la luna observaba detrás del cimborrio,
caía el polvo de un imperio deshecho
sobre Lisboa al fin pacificada.
Fátima Maldonado en El arte de la pobreza, Diez poetas portugueses contemporáneos (Servicio de Publicaciones Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga, 2007).
Traducción de José Ángel Cilleruelo.