Buenos e idiotas.

Publicado el 10 enero 2015 por Torrens

Ahora resulta que lo importante no es protegernos de nuevos ataques del terrorismo islámico, sino aprender a no decir lo que acabo de mencionar: el terrorismo islámico es claramente islámico pero no se le puede calificar de islámico porque se ofende a los pobrecitos musulmanes.

La idiotez buenista está llegando a extremos patéticos.

En La Vanguardia de ayer 9 de diciembre, Rafael Poch, su corresponsal en Paris, explicaba que una minoría reducida de pensadores y periodistas franceses llevan años publicando libros y artículos exigiendo que el laicismo, con el que estoy totalmente de acuerdo, que domina la política francesa por razones constitucionales, sea revisado, moderado y suavizado porque ha sido la obsesión laica lo que ha llevado a Francia a la islamofobia. Una vez más la responsabilidad por la islamofobia no se encuentra en las barbaridades practicadas por musulmanes, sino en nuestra maldad intrínseca, y frente a unos señores que se niegan a integrarse y a aceptar no ya nuestras costumbres sino incluso nuestras leyes, somos nosotros quienes hemos de adaptarnos a sus normas. Demencial. Aparte que una vez más se califica como islamofobia la simple aplicación de las leyes o el desacuerdo y la crítica del Islam.

Estoy totalmente de acuerdo en que debe evitarse la reacción ciega contra todo lo musulmán y que los ataques sufridos por mezquitas y otros lugares árabes e islámicos en Francia deben ser tratados con la misma contundencia que los ataques terroristas, pero que el mensaje que con más frecuencia se oye estos días sea que debemos distinguir entre terrorismo e Islam, cuando sin salirnos del tema hay problemas muchísimo más importantes que resolver y además Islam y terrorismo hace muchos años que van juntos es algo esperpéntico.

También son de vergüenza ajena las acarameladas alabanzas a los pocos musulmanes que han condenado los atentados, que aunque no dudo de su honestidad, seguro que más de uno lo hace después de alegrarse de que hayan acabado con los que insultaron al profeta.

Voy a poner un muy buen ejemplo de la doble faz de algunos musulmanes, que no hacen otra cosa que seguir las recomendaciones del Corán para engañar al infiel. En el Reino Unido, como corresponde al país que mejor ha tratado al Islam en Europa, hay dos o tres páginas web extremadamente radicales orientadas totalmente a la imposición del Islam en todo el mundo, que ahora son controladas y vigiladas de cerca, pero que hasta hace pocos años soltaban barbaridades a sus anchas y sin ningún control. Con motivo de los atentados del 11 S del 2001, publicaron mensajes condenando el ataque terrorista a las Torres Gemelas, que fueron puestos como ejemplo de solidaridad y convivencia por el mayor de los idiotas buenistas, el anterior Arzobispo de Canterbury, Rowan Williams. En el 2010 el alcalde Bloomberg aprobó la construcción de una mezquita en la Zona Cero de New York a pesar de la dura polémica y la oposición que había suscitado, y al día siguiente de su aprobación definitiva las mismas páginas web radicales del Reino Unido que habían condenado el atentado mostraron su inmensa e indescriptible alegría no solo porque se construía una nueva mezquita en un lugar tan señalado, sino sobre todo porque esa mezquita suponía la continuación de la vieja tradición musulmana de construir un templo en cada lugar donde el Islam ha conseguido una victoria importante y decisiva, que se supone debía ser su verdadera opinión de lo que en su día habían condenado como ataque terrorista. Como para fiarse de ellos.

En cambio me parece fantástico que Ahmed Aboutaleb, alcalde de Rotterdam, musulmán y nacido en Marruecos haya mandado con todas sus letras a los islamistas a la mierda, les diga que si no les gusta la Libertad que se larguen y haya propuesto prohibir el regreso a Europa de quien sea que vaya a Siria a hacer de yihadista. Tenemos todo el derecho de exigir a los musulmanes moderados que se dejen de engaños y se definan tan claramente como Ahmed Aboutaleb, y que se separen de manera ostentosa, clara y muy definida de los radicales, porque en caso contrario también tenemos todo el derecho a igualar Islam a terrorismo.

En la nota que publiqué en este blog el doce de octubre pasado explicaba los métodos que utilizaban en Siria para luchar contra los radicales, entonces representados solo por los Hermanos Musulmanes, y aunque aquellos métodos eran una brutal salvajada no me quedó duda de su eficacia. No soy de la opinión que en modo alguno se utilicen los mismos métodos, pero sí que pongan un poco de imaginación al hecho que los yihadistas fanáticos le tienen pánico a morir con algo de alcohol en el aparato circulatorio, porque eso impide su entrada al paraíso.

Nuestro grandioso Ministro del Interior quiere aprovechar la ocasión para dar una vuelta de tuerca más al código penal en el sentido que gusta al PP, y una de las sandeces que ha soltado es sancionar a quienes entren en páginas web yihadistas, algo equivalente a ponerle puertas al campo, y sin embargo no menciona para nada medidas de control contra imanes, mezquitas y activistas que practican el proselitismo yihadista.

Pero nuestra Vicepresidenta no se ha quedado atrás, para tranquilizar a la ciudadanía Sáenz de Santamaría dijo primero que España es el país más seguro de Europa, aunque al día siguiente lo dejó en uno de los más seguros de Europa. No parece este el mejor momento y la mejor circunstancia para hacerse el chulo.