Sí, todos los años comenzamos igual… con un listado de propósitos que, la mayoría de las veces, nunca cumplimos… incluso antes de que finalice el mes de enero. Por eso este año, en lugar de propósitos concretos de empezar un día y terminar el mismo, he pensado en buenos hábitos que poner en marcha a lo largo del año, de manera paulatina y poco a poco, y a ver si así se pueden mantener… Sí, la verdad que, así leído, suena un poco igual, puede ser, no sé, igual es una manera de autoconvencerme de que hay cosas que pueden cambiar, quizá cambiándolas de nombre… :)
Bueno, probemos! Los buenos hábitos que quiero introducir o mantener en mi vida para este año, son:
- Desconectar al menos una semana cada 3 meses para poder irme a Estella a respirar aire limpio y cariño de la familia.
- Levantarme antes y entrar antes a la oficina, para poder salir también antes de la misma y no pasarme de la mañana a la noche trabajando.
- Seguir haciendo elíptica cada día. Lo máximo que aguanté el año pasado fueron 7 minutos, sí, sólo 7, pero con mi estado de salud os aseguro que es todo un logro. A ver si este año consigo llegar a los 10 cada día, sería un triunfazo!
- Beber más agua y más té verde. Ya os conté que 2 tazas al día de té verde es fantástico para reducir las toxinas cancerígenas que se acumulan en el organismo y un gran aliado anticáncer. Me he comprado una botella de cristal de estas tan monas con pajita incluida para tener en la oficina y, cada día, preparme mi té verde doble y tomármelo. A ver si puedo.
- ¡Comer menos chuches! Me pirran, sí, no lo puedo remediar, pero son igual de malas que de deliciosas. Este año voy a intentar reducir el consumo de chuches y guarrerías varias.
- Comer más fruta. Ahora, con la Thermomix, he empezado a tomar más fruta, me hago unos batidos riquísimos con leche y toda la fruta que pillo por casa, están deliciosos y no cuesta nada tomar varias piezas de fruta en un abrir y cerrar de ojos.
- Salir a pasear. Me da muchísima pereza, pero es sanísimo, a ver si me animo y empiezo a salir a pasear algún día a la semana o, al menos, los fines de semana.
- Salir más con mis amigas. He aprendido que es, sin duda, la mejor terapia, y que pase lo que pase, estando con ellas te olvidas de todo lo malo, de los dolores de cabeza y de los del corazón, de los problemas… y rejuveneces, sí, porque las risas sientan genial y rejuvenecen a cualquiera! :)
- Seguir haciéndome mis baños. Me encanta un baño calentito con aceites o crema de baño relajante… me sientan de maravilla y me relajan muchísimo las contracturas que se me acumulan en la espalda. Por lo menos 2 a la semana!
- Relativizar. Ya os he contado alguna vez que, desde que murió mamá, no lloro por nada, ni por trabajo, ni por temas de salud, ni por mal de amores… ni mucho menos por cosas materiales. He aprendido a relativizar las cosas y darle a cada una la importancia que tiene. Y os aseguro que nada merece que lloremos por ello más que esas cosas que, cuando te pasan, te enseñan que no deberías haber llorado antes por nada más. Así que es mejor que empecéis a relativizar, y no sólo cuando os llegue alguna desgracia grande y os deis cuenta de ello tras un sufrimiento enorme. Éste es el mejor consejo que le doy siempre a mi círculo más cercano. Relativizar y ser felices.
- Y por supuesto, seguir cuidándome la piel a diario y haciéndome mis faraonismos de domingo, sin perdonar ni uno solo sin hacerme una mascarilla facial.
Estos son los buenos hábitos que quiero mantener a lo largo de todo este año. ¿Y los vuestros? ¿Tenéis alguno que creéis que merece la pena que añada a mi lista?