Originarios de Los Angeles, los estadounidenses Buffalo Springfield son considerados como una banda de culto desde el primer momento que salen a la luz pública. Por sus filas han pasado mitos del rock de la talla de Stephen Stills o el inolvidable canadiense Neil Young.
Lo cierto es que todo se inició durante un encuentro fortuito en el Greenwich Village de Nueva York y que tuvo como protagonistas principales, al cantante Richie Furay y al tejano Stephen Stills. Posteriormente, se asocian con Neil Young y crean “Buffalo Springfield” en 1966. Tuvieron una corta, pero intensa trayectoria de dos años en la que sentaron cátedra dentro del folk rock y el country rock. Buffalo Springfield nunca ha sido un grupo de masas, ni de gran éxito comercial, pero poseían una extraordinaria calidad musical que influenció a multitud de formaciones venideras gracias a su peculiar e innovador estilo.
Buffalo Springfield, también sirvió para lanzar a varios de sus integrantes hacia el estrellato del panorama rock, en especial al dúo Stills / Young. Y tomando el nombre de una marca de apisonadoras, los Buffalo Springfield debutan con este primer álbum homónimo por un ya lejano 1966, alcanzando una gran popularidad en la escena musical de la época.
Centrándonos en el disco, la edición original se publica en 1966 por el sello Atco e incluye 12 pistas. Curiosamente, en Marzo de 1967 editan una nueva redición estéreo en la que sustituyen el tema “Baby, don’t scold me”, por el inmortal “For what it’s worth”, canción escrita por un genio cuya creatividad entiende de límites y que responde al nombre de Stephen Stills.
Como ya es costumbre, haremos mención al legendario personal que moldeó esta obra: Richie Furay (voz y guitarra), Dewey Martin (batería y voz), Jim Messina, Jim Fielder y Bruce Palmer (bajo), Stephen Stills (guitarra, teclados, voz), Doug Hastings y Neil Young (guitarra, armónica, piano y voz).
Clásico entre clásicos y tema central, abre el álbum con “For what it’s worth” (por lo que vale), escrita por Stephen Stills, se forjó en un tiempos extremadamente turbulentos y cargados políticamente, en el que factores como la guerra del Vietnam impregnaban el ambiente de tensión y nerviosismo. Instantáneamente, se convierte en todo un himno generacional y en una canción protesta que fue usada de manera habitual, pero erróneamente atribuida en temáticas referentes a los conflictos bélicos.
Según declaraciones de Stephen Stills, las letras de “For what it’s worth”, están relacionadas con los violentos métodos empleados por la policía durante una manifestación pacífica en el Sunset Strip de Los Ángeles. Una parte de la sociedad, se rebelaba contra el cierre inminente del club “Pandora’s Box” uno de los locales más emblemáticos de la zona. El Sunset Strip, era el centro neurálgico de la vida nocturna de Hollywood y un importante punto de reunión para la contracultura de aquellos tiempos.
Al margen de esto “For what it’s worth”, también se utilizó como BSO de películas como “Forrest Gump” o “El Señor de la guerra” protagonizada por Nicolas Cage.
Otros temas de excelente factura y con cierto aire country son “Pay the Price” y “Go and Say Goodbye”. Llegará nuestro querido blues con “Hot Dusty Roads” y sentiremos la magnífica voz de Richie Furay y la maestría de Neil Young en joyas como “Flying on the ground is wrong” “Burned” o “Out of My Mind”.
Y así concluye esta aventura musical de los fugaces Buffalo Springfield por los designios del rock and roll. El infortunio, se cebó una vez más sobre sus componentes, el bajista Bruce Palmer fallecía en 2004 víctima de un ataque cardíaco, al igual que el batería Dewey Martin, en 2009.
Debido a las continuas discusiones entre Young y Stills y a los constantes problemas con las drogas del bajista Bruce Palmer, el grupo anunciaba su disolución definitiva en 1968. Pero a Buffalo Springfield, le fue suficiente un par de años, tres álbumes y una pequeña canción, para situarse como una de las bandas más recordadas, prestigiosas e históricas que ha visto nacer el rock.