Bukchon se encuentra situado en pleno corazón de la ciudad, en una colina entre los palacios de Gyeongbokgung y Changdeokgung. Buk en coreano significa “posición Norte” y se llamó de esta forma por estar situado al norte del arroyo Cheonggyecheon y de Jongno (Jongno es un distrito que toma el nombre de su calle principal o Calle de la Campana y en el que se encuentran los palacios antes mencionados además de la residencia presidencial).Casi seguro que quien viaja a Seúl, como mínimo uno de esos dos palacios visitará. Desde allí sólo hace falta desviarse un poco y nos encontraremos un pueblo dentro de la gran metrópoli que nos transportará al Seúl de siglos pasados.
Tejados de Bukchon
Su topografía es una de sus principales características. En la parte sur el terreno es más llano pero a medida que caminamos en dirección norte se va haciendo más empinado hasta alcanzar una pendiente considerable.
Según la teoría del feng shui, Bukchon es un lugar adecuado para construir una vivienda. Al norte tiene el Parque Samcheong y el Monte Baegaksan. Se encuentra rodeado de bosque, algo poco habitual en una gran ciudad, con unas buenas vistas sobre el Montse Namsan.El clima no es tan extremo como en las partes más bajas de Seúl, de tal manera que goza de inviernos suaves y veranos más frescos.
Calles empinadas en Bukchon
Este conjunto de factores -situación cerca de los palacios, buen clima, abundancia de agua y las teorías del feng shui- convirtieron a Bukchon en el lugar de residencia de la clase alta de la ciudad, ya fueran altos funcionarios, nobles o familiares directos de la realeza. Así por ejemplo, se encontraba la casa donde creció la emperatriz Yun, consorte del último monarca Joseon o la casa donde vivían dos de las concubinas del emperador Gojong que ahora es un templo budista.
Rincones de Bukchon
Rincones de Bukchon
Desde entonces, el barrio ha ido pasando por diferentes períodos y aunque muchas de aquellas residencias han desaparecido y otras sólo conservan su estructura exterior, es el único lugar en Seúl donde se puede encontrar la concentración más elevada de hanok, las casas tradicionales coreanas, con sus tejados ondulados de tejas descoloridas por el paso de los años pero que le dan esa silueta tan característica. Hay que tener en cuenta que hace unos 35 años, en Corea del Sur había unas 800.000 hanok de las cuales no llegan a 10.000 en la actualidad. En el barrio de Bukchon se conservan alrededor de 900.
Hanoks en Bukchon
A partir de los años 30 y debido a la necesidad creciente de viviendas en la capital, en el barrio se construyeron amplias zonas de hanok. Son los llamados hanok reformados porqué se diferencian de los más antiguos, tanto en algunos de los materiales utilizados como en su sistema de construcción. Así pues, se introdujo el cristal en las puertas o el acero galvanizado en los aleros de los tejados.Tras la Independencia se siguieron construyendo hanok hasta bien entrados los años 60.A partir del año 2000 y viendo la rápida destrucción de los hanok para construir edificios más modernos, el Instituto de Desarrollo de Seúl (SDI) inició una nueva política para embellecer el barrio en respuesta a la campaña que lideraron los vecinos junto con otros ciudadanos de Seúl. A pesar de las múltiples casas que ya se habían destruido todavía quedan zonas donde se han preservado intactas, como son las áreas 31, 33 y 11 Gahoe-dong.
Gracias a esta campaña de conservación parece que su destrucción se ha frenado y desde hace algunos años se siguen programas de ayuda por parte del Gobierno Metropolitano de Seúl que incentivan a los propietarios para que rehabiliten y acondicionen sus casas, adaptándolas a las comodidades actuales.
Las dos caras de Seúl: Hanoks y modernos rascacielos al fondo
Hace tan sólo diez años esto era impensable pero se dieron cuenta a tiempo de que es una atracción turística en potencia, que a la gente le gusta conocer esa parte más tradicional de la ciudad, pero no sólo a los visitantes, sino a los propios vecinos de Seúl que aprecian su patrimonio y de cada vez más acuden a Bukchon, especialmente en fin de semana, para pasear por sus tranquilas callejuelas, visitar sus galerías de arte, tiendas de artesanía, pequeños museos o simplemente descansar en alguno de los acogedores cafés que van proliferando. Muchos hanok se han reconvertido en casas de huéspedes y de cada vez tienen más demanda.
Hanok reconvertida en Bed and Breakfast
Decorado muro de una escuela infantil en el barrio
Restaurante en Bukchon
Detalle del papel WC - servilleta. Muy práctico
A pesar de ello, varias mansiones donde residían miembros de la familia real ya desaparecieron y se perdieron no sólo casas, sino calles enteras.En Bukchon se sigue manteniendo el espíritu comunitario de barrio. Los vecinos se conocen, comparten comida, intercambian regalos y salen a la calle a tomar el fresco, siempre manteniendo una distancia de cortesía, característica de los coreanos. Mucha gente valora esa forma de vida y algunos habitantes de la capital han escogido este barrio para establecerse.La tradición no sólo se manifiesta en sus casas, sino que se siguen celebrando ceremonias tradicionales como ceremonias confucianas o rituales que los chamanes dedican a los espíritus de las montañas.A pesar de las pronunciadas cuestas, es un barrio que debe recorrerse a pie para poderlo apreciar bien.Vida en el barrio
Entrada al Bukchon Traditional Culture Center
Bukchon Traditional Culture Center
Para aquellos que viajen únicamente a Seúl o no tengan la oportunidad de visitar otras zonas del país donde quizás sea más fácil ver hanoks, les recomiendo que no se pierdan el barrio de Bukchon para conocer, aunque sea tan sólo un poco, el ambiente más tradicional de este país.
Cómo llegar:
Metro: estación de Anguk, línea 3Bus: número 9710 (línea roja), estación de Anguk