Buñuelos de bacalao

Por Carolina La Cuchara De Mis Recetas @lacucharademisr

Es curioso que cada época del año está marcada gastronómicamente por una serie de elaboraciones. Nuestra mente las asocia automáticamente y es más, añora que llegue la fecha para prepararse. Si hablamos de buñuelos de bacalao, potaje de vigilia, hornazo, torrijas, pestiños, rosquillas fritas… todas se asocian a la cuaresma y a los días santos. Santas recetas que nos reconcilian con la vida degustándolas.

Los buñuelos de bacalao son una preparación muy sencilla y una forma estupenda de camuflar el pescado para los niños. Da igual la experiencia que tengas en la cocina, porque sus formas son irregulares y hasta por esta razón, son bonitos. ¿Te atreves a sorprender con este entrante?

Ingredientes (18-20 porciones grandes)

  • 180 g. de bacalao desalado
  • 1 huevo y 1 yema
  • 20 g. de cebolla
  • Perejil fresco cortado muy fino
  • 1 diente de ajo
  • 100 g de harina
  • 130 g agua
  • 1/2 cucharadita de cúrcuma
  • 1/2 cucharadita de levadura química
  • 1 pizca de sal si es necesario (el bacalao es de por sí muy salado)
  • Aceite de oliva para freir

Pica el bacalao muy pequeño, junto con la cebolla, el perejil fresco y el ajo. A mi me gusta pasarlo unos segundos por la trituradora para conseguir encontrar trozos cuando se comen.

Bate con unas varillas el huevo y la yema hasta que suban de tamaño. Añade el agua y la harina, la levadura y la cúrcuma. Mezcla bien.

Añade el pescado y revuelve con cuidado. Deja reposar la masa en el frigorífico al menos media hora.

Calienta abundante aceite caliente. Yo prefiero hacerlo en una sartén pequeña, para que floten de pocos en pocos a sus anchas. Ten en cuenta que van a subir de tamaño, es mejor no llenar en exceso el espacio. Con 4 en una sartén pequeña, puedes controlarlos perfectamente.

Yo siempre uso una cuchara de servir de helado porque me da el tamaño perfecto. También puedes usar dos cucharas mojadas en aceite.

Ve echando en la sartén caliente porciones de buñuelos de bacalao.

Lo importante es que queden crujientes por fuera y esponjosos por dentro.

Se pueden comer como entrante o primer plato acompañado de una buena ensalada.


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