INGREDIENTES:
- 250 ml de agua
- 500 ml de aceite de girasol
- Un puñadito de anís en grano
- Canela en rama
- Harina la que admita, aproximadamente 1 kg
- Miel
- Aguardiente
- Aceite de oliva para freír
- Cañas o tubos metálicos
- En un cazo ponemos a hervir el agua con la rama de canela y el anís en grano, apartamos, tapamos y dejamos que se enfríe un poco.
- Colamos el agua, la medimos por si al hervir se ha evaporado mucha y rectificamos.
- Echamos el agua templada en un bol, añadimos el aceite y poco a poco la harina hasta que nos quede una masa blanda, bastante aceitosa y que no se pegue a las manos.
- Dejamos reposar la masa, tapada, una hora aproximadamente.
- Se habrá separado parte del aceite de la masa, pero esto es normal, lo volvemos a amasar hasta que se integre todo el aceite.
- Tomamos una porción pequeña de masa, la estiramos en la encimera, cortamos una tira de 2 o 3 centímetros de ancho y enrollamos sobre la caña o el tubo de metal.
- Freímos en abundante aceite caliente hasta que estén dorados, sacamos y ponemos sobre papel absorbente. Las cañas o tubos metálicos hay que ir quitándolos cuando comiencen a dorarse.
- Una vez que están todos fritos los tenemos que pasar por miel, para ello echamos miel en una sartén, ponemos al fuego y la cocemos hasta que suba 2 o 3 veces, se aparta del fuego y se le añade un buen chorreón de aguardiente.
- Ponemos otra vez la miel al fuego y vamos pasando por ella los Biñuelos, sacándolos rápidamente.
- Dejamos enfriar y ¡¡YA ESTÁN LISTOS PARA COMER!!